La vitamina K pertenece al grupo de las llamadas ?liposolubles?? y es fundamental para el mantenimiento del sistema de coagulación de la sangre, evitando las hemorragias.
Generalmente el bebé nace con bajos niveles de esta vitamina y esto puede traerle trastornos de coagulación, siendo además la causa de una patología conocida con el nombre de EHRN (enfermedad hemorrágica del recién nacido). Esta patología suele presentarse entre el primer y el séptimo día de nacimiento (EHRN clásica) y la que ocurre entre la segunda y duodécima semana después del nacimiento (EHRN tardía).
La vitamina K posee variantes naturales:
- K1: Se encuentra en los vegetales de hoja verde oscura, como también en los aceites vegetales, la alfalfa, tomate, cereales e hígado de vaca.
- K2: Es producida por las bacterias intestinales.
- K3: Es en realidad una variante sintética de la K1 y K2 con la particularidad que duplica el poder de ellas y se recomienda para personas que no logran metabolizar de forma.
Al disminuir el nivel de vitamina K en el organismo se reducen también todas las sustancias que actúan como coagulantes y por ello, su carencia puede detectarse al aparecer hemorragias en diferentes órganos y tejidos.
La información es esencial para que los padres conozcan las consecuencias de un nivel bajo de vitamina K en el bebé y que le sea administrada la dosis que necesita para evitar padecer de EHRN clásica.
Se trata de un problema que afecta a un porcentaje mínimo de bebés y corren mayor riesgo de padecerlo, aquellos niños que no han recibido una dosis preventiva de vitamina K suministrada en el momento de nacer, también los que se alimentan sólo de leche materna que tiene bajos niveles de esta vitamina y los hijos de mujeres que son tratadas con medicación anticonvulsiva.
Asimismo, la dosis que el bebé recibe al nacer tiene una duración de varios meses y éste comienza a producir por sí solo la cantidad de vitamina K que necesita a partir del sexto mes.
También, es necesario saber que algunos bebés están dentro de un grupo de riesgo que tiene mayor predisposición a sufrir de la falta de esta vitamina:
- Bebés prematuros
- Aquellos que nacen por cesárea
- Bebés cuyas madres son tratadas con anticoagulantes o anticonvulsivos.
- Aquellos bebés que sufren de equimosis o hematomas.
Existen algunos síntomas que pueden llevar a pensar que el bebé sufre de esta enfermedad hemorrágica, como sangre en las deposiciones del bebé, una exudación alrededor del cordón umbilical o sangre detectada en la orina, pudiendo variar en cada caso o también ser similares a los síntomas de otros trastornos. Por ello, es importante ante cualquier irregularidad una consulta inmediata al pediatra.
Para el diagnóstico de esta enfermedad se realizará un examen físico y pruebas de laboratorio destinadas a determinar el tiempo de coagulación de la sangre.
Para su tratamiento el médico tendrá en cuenta factores como la edad del bebé, su estado general y antecedentes médicos, además de cuál es la tolerancia a determinados tratamientos y procedimientos.
Considerada como una patología grave la «American Academy of Pediatrics», recomienda la administración a todos los recién nacidos de la dosis de vitamina K después del nacimiento, como un camino efectivo para la prevención de la EHRN clásica.
Foto Vía: SXC