Las vacunas han tenido y tienen hasta hoy gran importancia para la salud de la población infantil, existiendo un calendario donde se especifican todas aquellas vacunas que son necesarias desde el nacimiento hasta los 14 años de edad.
A pesar que muchas vacunas son conocidas por sus nombres pocas veces se conoce la enfermedad de la que defiende ni su utilidad concreta.
Por otra parte existen algunos gérmenes que llevan al organismo a formar los llamados anticuerpos que logran destruir la enfermedad antes que ésta se desarrolle provocando una inmunidad llamada activa que suele durar toda la vida.
La función elemental de las vacunas es justamente esa, fabricar anticuerpos específicos que además produzcan inmunidad activa frente a ciertas dolencias que hasta hace unas décadas atrás eran mortales como la difteria o la viruela.
Las vacunas son elaboradas partiendo siempre de gérmenes que se encuentran inactivos o atenuados o sea, virus a los cuales se ha logrado quitar su poder infeccioso pero sin perder la capacidad de provocar una respuesta inmunitaria al ser sometida a condiciones que son inadecuadas para que sobrevivan.
Por lo tanto ni bien el bebé nace el pediatra formula un calendario de vacunas en el que se especifica qué vacunas serán necesarias y cuando aplicarlas.
Así por ejemplo, la vacuna contra la hepatitis protege contra la hepatitis B siendo ésta la mitad de los casos de esta dolencia causados por el virus tipo B (HBV) o virus del suero.
El virus de esta enfermedad puede ser transmitido de la madre al bebé en el momento de nacer, también a través de contacto sexual o contacto con sangre infectada por el virus. Por ello, la madre del lactante tiene HBV en la sangre, será necesario que el bebé reciba la primera dosis poco después de nacer, luego otra dosis a los 2 meses y a los 6 nuevamente.
En el caso de la difteria, se trata de una infección que puede ser grave y mortal causada por la bacteria corynebacterium diphtheriae, que puede afectar a dos áreas del cuerpo: la garganta y la piel. Puede contagiarse a través de la nariz o la boca y la transmisión de persona a persona se producen por medio de las secreciones que se expulsan con la tos.
En el caso del tétanos es una patología que aguda que afecta el sistema nervioso central causada por una toxina que a su vez es producida por la bacteria clostridium tetani. Esta bacteria generalmente ingresa en el cuerpo a través de una herida abierta superficial o profunda. El tétanos no es una enfermedad que se contagie de una persona a otra.
La Tos ferina, es una infección contagiosa producida por la bacteria bordetella pertussis que produce ataques súbitos y de mucha intensidad de tos, que por lo general terminan en una inspiración prolongada y profunda, emitiendo un sonido agudo, pudiendo ser desarrollada por personas de cualquier edad pueden desarrollar tos ferina, pero el 50% de los casos se registra en niños menores de 4 años.
Para estas tres patologías las vacunas se inyectarán cinco veces a los dos, cuatro y seis meses las tres primeras dosis y luego una cuarta entre los quince y dieciocho meses. Por último una quinta aplicación será necesaria entre los tres y los seis años del niño, siendo recomendable revacunar cada diez años.
Foto Vía: parentssquare