Esta vacuna relativamente nueva y bastante compleja, comenzó hace poco a comercializarse en España ya que antes solo se administraba en ciertos casos y siempre en un hospital. Cuando un fármaco se vende por prescripción médica, significa que cualquier médico puede recetarlo y que se puede comprar en la calle, con lo que todo el mundo puede tener acceso a dicho fármaco siempre que se tenga prescripción.
¿Cómo conseguirla?
En concreto la prescripción del meningococo B tiene que solicitarse en el pediatra y el precio de la dosis va a variar dependiendo de la edad en la que empiecen a vacunarse los niños ya que no todos requieren el mismo número de dosis. Un bebé menor de seis meses tiene que recibir un ciclo de cuatro dosis mientras que si la vacunación se inicia entre los seis meses y los dos años de edad, las dosis se van a reducir a tres. Después de los dos años de edad, el ciclo de vacunación se va a mantener fijo en dos dosis, independientemente de la edad.
¿Es necesario vacunar frente a la meningitis B a los niños?
La meningitis B en realidad no es una enfermedad que tenga una incidencia muy elevada, y tampoco es el único tipo de meningitis existente. La meningitis está dividida fundamentalmente en dos grupos, las meningitis bacterianas, que son las más peligrosas y las meningitis víricas, que aunque pueden llegar a presentar los mismos síntomas que las primeras, se resuelven generalmente por sí mismas.
Las meningitis bacterianas van a requerir un tratamiento inmediato con antibióticos y la mayor parte de los casos suelen tener cura, y cuando no lo hacen pueden derivar en fallecimiento o dejar graves secuelas. Los pequeños además son el grupo más susceptible para contraer una meningitis.
La vacuna puede administrarse a cualquier edad aunque es recomendable administrarla a los niños que se encuentran entre los tres meses de vida hasta la adolescencia ya que son estos niños los que tienen más riesgo de contraer esta meningitis así como de padecer sus secuelas, sobre todo los niños que tienen menos de dos años los niños que tienen cinco años.
El riesgo que tiene un niño cuando contrae esta enfermedad es muy elevado, aunque en sí la posibilidad de contraerla sea poca, por lo que la administración de la vacuna es recomendable para todos los niños.
Una vacunación universal contra el meningococo B está claro que ayudaría a cerrar el círculo de esta enfermedad, puesto que hoy en día la mayor parte de las meningitis son de tipo B, aunque la de tipo C era la más prevalente hace unos años y gracias a la campaña de vacunación que se inició hace años, el número de infecciones por este tipo de meningitis disminuyó prácticamente.
Reacción de la vacuna
Al igual que otras vacunas, es posible que la de la meningitis B provoque algo de reacción ya que al fin y al cabo una vacuna no es otra cosa que un agnte inoculado en el organismo parecido al microorganismo causante de la enfermedad, que estimula al sistema inmune poco a poco pero lo suficiente como para crear una especie de «archivo» que ayude al cuerpo a reconocerlo y a destruirlo en un futuro, pero no lo suficientemente fuerte como para que no se pueda combatir sin problemas.
La reacción más habitual es la presencia de fiebre que puede llegar a prolongarse durante un día o dos, además de dolor en la zona en la que se ha administrado la vacuna.
La vacuna no podrá administrarse si en el momento de hacerlo el pequeño presenta cualquier tipo de proceso infecciones agudo y con fiebre, como una bronquitis, una otitis o una neoumonía por ejemplo.