Descubre algunas pautas que ayudarán a tu hijo a enfrentarse con mayor tranquilidad a su primera separación breve de sus papás.
Una separación gradual
Para que el pequeño coja confianza con el lugar donde va a pasar sus próximas vacaciones así como para adaptarse a la compañía de sus abuelos, se aconseja que los papás le acompañen y que toda la familia comparta un día o dos antes de separarse. Después, los papás, o al menos uno de ellos, deberían ir a visitarle de vez en cuando para que el pequeño no tenga la sensación de que ha sido abandonado.
Por otra parte el lugar de vacaciones no debería estar muy lejos de donde se encuentran los padres para que les resulte a éstos acudir cuanto antes si la separación resultara muy difícil. Durante el período de vacaciones, los padres deberán llamar todos los días a los abuelos para hablar con el pequeño directamente y para saber cómo va todo.
Llevar un objeto familiar
Son muchos los niños que están encariñados con un objeto en particular, ya sea una muñeca, una mantita o incluso un pañuelo con el olor de su “mamá” y que en cualquier caso para ellos tiene un valor simbólico que les ayudará a superar la separación de sus padres.
Si el niño tiene un juguete favorito se debe poner en la maleta. Si no tiene uno en concreto, se le puede pedir que elija entre sus juguetes para que decida cual llevarse.
Pero no todos los niños tienen esa necesidad. En ocasiones los pequeños no quieren llevarse ninguno de sus juguetes pues sienten que nos les harán falta en un contexto distinto.
Mantener los hábitos de siempre
Los niños que son más pequeños son bastante rutinarios y pueden llegar a reaccionar con cierta irritación si sus ritmos de comida, de vigilia y de sueño se ven alterados. Si los abuelos que van a quedarse con el niño, le cuidan habitualmente, ya conocerán sus hábitos y saben a qué hora comen, duermen la siesta o se van a la cama por las noches. Si no es así, los padres pueden darles esa información y pedirles que respeten esos ritmos para no confundir al niño.
Pero al margen de dichas normas generales, los padres no deben preocuparse por las diferencias de hábitos que tengan los abuelos, ya que los niños entienden que en situaciones distintas existen reglas distintas y que lo que puede ser lícito en casa de sus abuelos, en su propia casa puede no serlo.
No hay que dejarse llevar por la ansiedad
La ansiedad y la inseguridad, así como un cierto sentimiento de culpa son muy comunes cuando se vive sobre todo la primera separación con el niño. Sin embargo, solamente hay que superar los dos o tres primeros días para que los padres se convenzan de que el niño está bien y de que no hay nada por lo que preocuparse. Así, los padres tendrás la oportunidad de distanciarse de manera temporal de la rutina de cuidar al niño y dedicarse a su relación de pareja y a ellos mismos.