Todavía no se ha llegado a ninguna conclusión sobre el origen de este delicioso dulce, pero lo que es seguro que el turrón alegra, más si cabe, estas encantandoras fiestas navideñas Cómo nació el turrón de Navidad
Producto elaborado a base de almendras y azúcar, este delicioso turrón propio de las épocas navideñas cuenta con diferentes versiones sobre sus orígenes. Muchos son los que opinan que ya en la época en que los griegos participaban en las Olimpiadas, se preparaba una pasta comupesta por frutos secos y miel que servía como producto energético a los deportistas.
Para otros el origen de este dulce se produjo durante el asedio a la ciudad de Barcelona en el reinado de Felipe IV, que fue cuando se organizó un concurso para encontrar un alimento que no se estropeara muy rápidamente. El premio lo ganó un tal Turrons por unas obleas elaboradas con almendras y miel. También hay quien dice que el origen fue en Barcelona a raíz de otro concurso parecido pero en esta ocasión por la epidemia que sufrió España durante el reinado de Felipe V.
Diferentes versiones sobre el origen del turrón
Puede ser que este dulce ya existiera en la época de la dominación musulmana en la zona del Levante español. De hecho es una de las zonas donde se sigue fabricando el mejor turrón del mundo. Durante los siglos XVI y XVII se tiene constancia que el turrón también se fabricaba en Alicante ciudad y en Valencia, pero fue mientras reinaba Carlos III, cuando los pasteleros de ésta última ciudad entraran en dispustas llegando a convertirse Jijona en el único centro de gran producción de turrón. Según algunos historiadores que cuentan con datos escritos, la costumbre de tomar turrón en la época navideña ya se encontraba en pleno auge durante el siglo XVI en toda España, por los menos entre los sectores más ricos.
Existe una preciosa leyenda sobre el origen del turrón de Jijona en la que se dice que el Rey se casó con una princesa escandinava que al llegar a tierras españolas se encontró muy triste por no poder disfrutar de los paisajes nevados de su país. Dentro de su desesperación, el Rey mandó plantar miles de almendros alrededor de su castillo para que cuando florecieran ofrecieran un paisaje lleno de tonalidades blancas y que pareciera nevado. De esta forma la princesa recuperó su felicidad y los habitantes de Jijona aprendieron a recoger los frutos de dichos almendros para tratarlos y así fue como aparecieron los primeros turrones.