La hipotensión es la presión arterial que tiene unos niveles más bajos de los normales. El peligro de sufrirla durante el embarazo es que cuando la presión de la sangre es más baja de lo normal en una mujer en período de gestación, va a provocar que los órganos vitales del cuerpo, como son el corazón, el cerebro y otras partes, no reciban la cantidad de sangre que necesitan para funcionar correctamente.
Síntomas y signos de hipotensión durante el embarazo
Entre los síntomas más comunes de presión arterial baja durante el embarazo se incluyen mareos frecuentes, que en algunas ocasiones pueden presentarse junto con una pérdida momentanea de pérdida de consciencia o de desemayos, una sensación de debilidad en las rodillas y/o piernas, adormecimiento en las manos y en los piel, dolor de cabeza frecuente y sin ninguna razón aparente, cansancio generalizado, sensación de vértigo cuando se mueve la cabeza de un lado a otro, visión borrosa y dilatación de las pupilas.
Otro punto que hay que tener en cuenta en referencia a la hipotensión en el embarazo, es la posibilidad de que sea un síntoma de sufrir otro tipo de enfermedad y que no sea el problema de fondo, como por ejemplo un desequilibrio de la tiroides, glándula del sistema endocrino que está situada en la parte lateral y delantera de la traquea y en la zona baja de la laringe.
Aunque el hipotiroidismo es cierto que comparte los mismo síntomas que la hipotensión, posee además un par de ellos más propios de esta enfermedad, como un aumento de peso, aumento de colesterol, caída de pelo y/o diarrea o estreñimiento.
Qué se debe hacer si se tiene tensión baja durante el embarazo
Si se piensa que se sufre de hipotensión mientras se está embarazada, lo primero que hay que hacer es una visita al médico de cabecera o al ginecólogo, para que sean los encargados de revisar el nivel de hipotensión que se padece y puedan descartar otra serie de posibles respuestas para el problema y por tanto, puedan indicar cuál va a ser la terapia adecuada que hay que seguir, para que el bebé y la madre se encuentren perfectamente sanos y no sufran ningún tipo de riesgo.
Si no se puede visitar al médico de inmediato y la consulta tiene que retrasarse un par de días, mientras tanto lo recomendable es tomarse la tensión como mínimo cuatro veces al día y llevar un diario personal donde se pueda anotar la presión diastólica y la sistólica, para luego enseñar al profesional los resultados y así puedas ahorrarte un poco de tiempo en lo referente a la realización de las pruebas.
Además de las recomendaciones que puedan dar el ginecólogo o el médico de cabecera, se pueden probar algunos métodos alternativos naturales para tener bajo control la presión arterial, como por ejemplo la toma de diferentes clases de té preparados a base de hierbas naturales, como la manzanilla silvestre o el té verde, aunque también siempre bajo supervisión de los doctores. Hay que tener en cuenta que este tipo de complementos, son simplemente eso, complementos para un tratamiento médico.