En ocasiones puede darte la sensación de que no éstas alimentando bien a tu hijo dándole todos los nutrientes que necesita para que crezca fuerte y sano. Descubre algunos consejos con los que además de tener a tu hijo perfectamente alimentado conseguirás que su relación con los alimentos le sirva de aprendizaje y de diversión.
Pautas a seguir para una buena alimentación infantil
Lo primordial es que hagan cinco comidas al día, tres principales y dos tentempiés y en esas comidas no deben falta las raciones de frutas y verduras que deben comerse a diario.
Opta siempre por una comida mediterránea en la que el consumo de pescados, legumbres, cereales, verduras, frutas y el aceite de oliva deben estar incluidos.
Las cenas deben ser ligeras para que el niño logre descansar bien. No se debe comer igual a la hora del almuerzo, cuando todavía se tiene la mitad del día por delante, que a la hora de cenar cuando queda poco para irse a la cama. La cena, por ser la última comida del día, tiene que resultar fácil de digerir y debe estar basada en cocciones simples que no tengan mucha grasa y con alimentos como sopas, verduras o pescados que faciliten el momento del descanso.
Prueba a colorear los platos con productos diferentes alimentos como verduras para conseguir el color verde, hortalizas para conseguir el naranja o el rojo o los huevos para añadir el color amarillo. De esta manera lograrás unos platos mucho más atractivos y divertidos con los que tus hijos comerán de todo sin protestar.
Debes acostumbrar a tu hijo a beber agua constantemente porque los pequeños son muy sensibles a sufrir una deshidratación, especialmente en verano y en situaciones en las que tengan mucho desgaste. Acostúmbrate a darles agua de una manera habitual para que lleguen a verlo como algo normal y necesario en su día a día.
Los lácteos y la leche no pueden faltar en una dieta infantil por la gran cantidad de nutrientes que contienen estos alimentos, especialmente su elevado contenido en calcio que ayuda a mantener sus dientes sanos y sus huesos fuertes a la vez que favorece el crecimiento del niño y ayudan a prevenir los problemas futuros de huesos.
No dudes en recuperar el bocadillo que nos han dado nuestros padres durante toda la vida ya que los niños tienen que cargar pilas al salir del cole, especialmente si tienen que continuar con actividades extraescolares que requieran un desgaste físico. El bocadillo les aportará lo que necesitan. La clave para que sea saludable es que esté preparado con pan fresco, un poco de aceite de oliva y que tenga un contenido variado y sin demasiada grasa.
Hay que enseñarles a comer sin prisas y a que mastiquen lentamente y de una manera relajada. La sensación de estar saciado tarda unos minutos en llegar hasta el cerebro por lo que si el pequeño no aprende a comer despacito, puede llegar a comer más de lo que en necesita.
No hay que olvidar enseñarles a probar alimentos nuevos. Sabemos cuáles son los alimentos que más gustan a los pequeños pero aprender a comer bien implica también probar cosas nuevas.