Los jugos no son malos, pero por lo general no aportan los nutrientes necesarios para los niños, así que las mamás deben aprender a distribuir el consumo de frutas que debe ser mayor a 3 por día y de los jugos, que puede ser después de una comida. La mayoría de mamás dan jugos a sus niños creyendo que porque son a base de fruta, son el medio perfecto para nutrirlos, pero pueden estar equivocadas. No se puede negar que un jugo de fruta natural aporta nutrientes importantes para el cuerpo, pero cuando la fruta se procesa para poder lograr el líquido, pierde mucha fibra y uno que otro nutriente, sin contar que a algunas madres les gusta dejar el jugo con mucha agua y por ende, toman una bebida con sabor a fruta, pero no de fruta. Los nutricionistas infantiles recomiendan que antes que darles jugo a los niños, es mejor darles la fruta. Cuando una fruta se licua y se cola, parte de lo esencial de la fruta, se queda en el colador y obviamente nunca llegara al pequeño.
Un error que comenten algunas mamás, es que al ver que su hijo se niega a comer frutas, reemplazan el consumo de estos alimentos por solo jugos y esto jamás debe pasar. El consumo normal de frutas es de 5 porciones al día y por lo menos 3 deben ser sólidas y en estado natural. También hay que enseñarlo a comer frutas de todos los colores, que experimente todo tipo de sabores y empiece a definir las favoritas pero no creando apatía hacia ninguna.
Un consejo más y que es esencial, es que a los jugos no se les debe agregar azúcar, pues cada una contiene su nivel de azúcar y así es que deben comerse. En el caso de las ácidas como el maracuyá o el lulo, si es posible agregarles un poco para darle un poco más de sabor, pero no exagerar y que quede re dulce. Si es posible, se puede usar azúcar orgánica o edulcorantes como el stevia, que tienen permiso para ser consumidos en niños desde el primer año de edad, pero siempre en pocas cantidades.
Una manera de poder distribuir el jugo y las frutas, es darles a la hora del desayuno fruta picada y combinada y a la hora del almuerzo un vaso de jugo. Para la lonchera se pueden manejar raciones de leche o de vez en cuando una bebida a base de malta. De esta manera se dará un equilibrio en su alimentación con diferentes y nutritivas bebidas. Por último, cuando se tome la opción de darle jugos a los niños, hay que preferir siempre los que son hechos en casa, porque los industriales tienen muchos procesos y alteraciones y tienden a dejarles poco nutrientes. Por lo general se convierten en aguas saborizadas.