Ahora que es verano son muchas las familias que cuentan con unas vacaciones algo “contaminadas” debido al fracaso escolar de algunos de sus hijos, un problema que se está convirtiendo en algo muy común y que debe atajarse desde el principio.
La mejor estrategia: la prevención
Algunos niños tienen problemas de aprendizaje que les llega a complicar el correcto funcionamiento diario en el colegio por eso es fundamental determinar desde el primer momento si padecen alguno de esos problemas y trabajar, en caso afirmativo, con las pautas que del el psicopedagogo o en el mismo colegio. Pero si se descarta que sufra algún tipo de trastorno, las causas del fracaso escolar serán otras y pueden ser muy diversas.
Por ejemplo, existen niños que se esfuerzan mucho en los estudios pero les cuesta asimilar los conceptos, y otros en cambio, tienen muy buenas capacidades pero no se esfuerzan bastante. Una vez se hayan analizado las causas, los padres tendrías que hacer un examen de conciencia y valorar junto con el colegio cuál será la estrategia mejor a seguir.
Pautas que se deben seguir durante el verano.
Para facilitar la recuperación de las asignaturas que han quedado pendientes, lo primero será organizar todas aquellas tareas que hay que hacer durante el verano, lo que significa sentarse con el niño y mirar detenidamente todo lo que debe hacer para recuperar esas asignaturas y poder realizar un esquema de trabajo a seguir. La ayuda de los adultos resulta indispensable puesto que los niños con fracaso escolar no suelen tener mucha capacidad para organizar y distribuir su tiempo. Y es que están tan acostumbrados a hacer todo inmediatamente que no consiguen ser capaces de pensar a más largo plazo. También es el momento idóneo para decidir si van a necesitar algo de refuerzo y si deberían acudir a una academia o incluso buscarles un profesor particular.
Es muy importante fijar durante las vacaciones de verano, un horario, ya que no podrá levantarse a la hora que quiera ni estar demasiado tiempo sin hacer nada. Hay que estipular también el tiempo que dedican a los móviles, ordenadores, tablets o videojuegos. Hay que tener una rutina ya que eso será lo que le ayudará a centrarse y a organizarse, además de a mantenerse activos.
Para que aprendan igualmente el sentido de la responsabilidad, es importante que sean partícipes de las tareas del hogar como por ejemplo hacerse su cama, recogerse la ropa, bajar la basura, cuidar de sus hermanos, etc.
Recordar fijar un horario de lunes a viernes y dejar descansar durante los fines de semana. Si se han organizado bien las tareas será sencillo marcar lo que tienen que hacer cada día y cumplir con las obligaciones. La supervisión resulta básica por lo que los padres tendrán que comprobar si han cumplido con el trabajo previsto para cada día, ya que si un día no se está encima, lo más probable es que los niños más rebeldes o pasotas no hagan su trabajo al día siguiente.