Los niños han desarrollado diversas excusas para evadir la hora de las comidas principales, sobre todo si son alimentos que no les gustan. Por ello, los padres deben aprender a identificarlas y corregir en el momento justo a los pequeños para que coman bien. No es un secreto que los niños usan técnias para no comer, para evadir esta hora o para no comer la totalidad de lo que su plato contiene, pero hay unas que son las que lideran la lista que hay que saber reconocer para que no le burlen a sus padres y dejen de comer saludablemente para que sólo les regrese el hambre solo cuando ven golosinas. Con el tiempo y con ayuda de las relaciones en sus jardines y lo que ven de los adultos, se vuelven unos expertos es disimular y las primeras veces les funciona bastante bien, pero después los padres se dan cuenta y para que quieran educar y alimentar bien a sus hijos, debe volverse exigentes pero respetuosos, inculcarles la importancia de la comida y de no mentir y aplicar horarios firmes y alimentaciones constantes.
1. Simulan que están enfermos y lo hacen no solo cuando no quieren comer sino cuando se les da cualquier orden que no quieren cumplir, como tender su cama, limpiar sus zapatos o incluso ir a la escuela o bañarse, pues la mejor manera de que los acuesten a dormir o ver televisión es inventando que se sienten muy mal. Con respecto a la comida, suelen decir que les duele el estomago, que tiene ganas de vomitar o que su cabeza está a punto de estallar y no tienen hambre. Lo que los delata es que durante el día están muy bien y comen solo cuando les ofrecen dulces, pero al momento de ver la comida, se sienten muy mal. Para despejar dudas lo más fácil es tomar su temperatura y preguntarles para probarlos, si quieren visitar el médico, probablemente digan que no y allí caerá su mentira. Aunque no hay que descartar que habrá contados casos en los que el malestar si sea cierto pero el médico les da miedo, así que no asentirán que quieren ir allí.
2. Cuando empiezan a juguetear con la comida es señal de que no la van a comer, pues es una excusa para no llevarla a su boca. Lo ideal es que cuando el niño coma, los padres estén con él y le enseñen como deben hacerlo y que es posible comer de todo y que sabe delicioso, además de ser saludable.
3. Por último es común que estén varios y largos minutos sentados enfrente del plato, esperando que sus padres se cansen de esperar y que les retire el plato, además hay señales que hacen entender que evaden el comer, por ejemplo, hablan si parar, mirarla tele, ríen y ríen o cualquier otra cosa con tal de no probar ni un bocado. Para no seguirles el juego hay que tratarlos con indiferencia, así él vera que no es posible engañar los padres y posiblemente coma por obligación.