Los ojos de los niños a pesar de su corta edad también pueden presentar algunos malestares desencadenados por diversos factores, principalmente los hereditarios o los ambientales. La visión es uno de los sentidos que los pequeños empiezan a desarrollar desde pequeños y algunos nacen con dificultades generalmente por herencia y es necesario que usen lentes desde corta edad. Hay ciertas recomendaciones para evitar que los ojos empiecen a actuar de manera defectuosa y que las mayores consecuencias se vean reflejadas en su rendimiento escolar, pues ante la incapacidad de ver, no pueden entender ni hacer las cosas bien. Para que los padres detecten si su hijo tiene algún tipo de malestar en los ojos, pueden evidenciarse muchos signos, entre ellos, que el pequeño se esté constantemente tocando sus ojos, cerrándolos o cubrirlos porque es como si algo le molestara; que se los frote y a veces de manera brusca porque siente un desespero tal que tiene que hacerlo por largo tiempo, incluso sus ojos empiezan a verse rojos.
También es común que los ojitos lagrimeen o que tengan que acercarse mucho a la televisión o a sus cuadernos o libros cuando están haciendo tareas. Los gestos frecuentes son entrecerrar los ojos para que puedan ver mejor o incluso fruncir el ceño para ver desde lejos, sobre todo las cosas que sus profesores anotan en el tablero. Por lo general, los padres creen que es porque tocó sus ojos con las manos sucias o que simplemente les cayó alguna mugre en los ojos, pero ante cualquier señal, hay que estar alerta porque pueden desencadenarse enfermedades que sean irreversibles y necesiten procedimientos más dolorosos, complejos o costosos.
Por otro lado los riesgos no son solo por parte de la genética o de la contaminación del aire, la polución y el smog, ya que también en medio de sus actividades diarias, se pueden presentar situaciones que pongan en peligro sus ojos, sobre todo en aquellos que tienen que ver con los juegos y las actividades físicas y deportivas. En casa y en el colegio, debe haber una supervisión para los niños que utilicen tijeras o lápices de manera inadecuada, pues en medio de los juegos con este tipo de objetos, puede ocurrir un accidente. A los que les gusta mirar el sol directamente, hay que enseñarles que esto no se debe hacer, por la radiación y el excesivo brillo.
Según los oftalmólogos es bueno hacer un examen por lo menos cada año, sobre todo cuando se inicia el año escolar y si es posible emplear gotas relajantes que ayudan a limpiar los ojos y minimizar la irritación si se trata solo de cansancio ocular. Si los resultados ya van más ligados a una enfermedad, lo más común es el uso de lentes y para ello debe haber un acompañamiento y apoyo, porque para ningún pequeño será fácil al inicio tener un elemento extraño en su rostro, además que dependiendo de su evolución, puede llegar a tenerlas temporal o permanentemente.