Las mascotas y los niños siempre han tenido una buena relación y enternecen las muestras de cariño que a veces evidencian como darse besos o dormir juntos. Pero a pesar de que se vea muy dulce, hay que saber que los pequeños y su salud, pueden estar corriendo riesgo. Para muchos es natural y puede que no sea nada complejo en un principio, siempre y cuando se tengan normas de higiéne, básicas pero fuertes para poder controlar enfermedades, parásitos, pulgas y virus. Para papá y mamá tomar la decisión de dejar dormir o no a un perro o un gato con su hijo es complicada y más teniendo en cuenta que los niños son amantes de los animales por naturaleza y si se acostumbran desde pequeños o por lo menos lo hacen una vez, querrán hacerlas las siguientes. Lo cierto es que hay muchos riesgos que se corren, porque bajo su condición de animales, pueden sufrir de distintas enfermedades sin que su dueño sepa y por ende trasmitírselas a los niños o los bebes, porque sus sistemas inmunológicos y de defensa aun se están desarrollando y no tienen la suficiente fuerza o madurez para contraatacar. Las principales enfermedades que se pueden adquirir son:
– La peste bubónica, una infección transmitida por las pulgas de conejos o de perros o gatos cuando estos sufren de alteraciones provocadas por un bacilo. Según encuestas, la mayoría de personas que sufren de esta enfermedad, duermen con sus perros.
– Los parásitos intestinales y las lombrices son muy comunes y se generan por los agentes y protozoos que tienen los perros y los gatos. El problema es que a pesar de ser común, suelen ser peligrosos, porque provocan al pequeño diarrea, pérdida de peso rápidamente y vomito.
– Cuando un perro o un gato le dan besos a los pequeños puede parecer muy tierno, pero en realidad le están pasando un porcentaje muy alto de las bacterias que en su hocico se alojan.
– En medio de los juegos, un niño puede sentir que su mascota es inofensiva, pero a veces pueden llegar a ser traicioneros en su comportamiento y herir a los pequeños con arañazos, como el caso de los gatos. A causa de estas heridas, se produce una enfermedad con el mismo nombre: “arañazo de gato”, que se da cuando un gato tiene pulgas en sus garras o las tuvo en algún momento, y estas estaban infectadas por bacterias. Pero puede producirse de manera más fácil por medio de un lametazo de gato.
Hay que anotar que no siempre se presentan todas estas enfermedades, pero en los contados casos que hay, siempre resultan ser graves y todos por culpa de los animales, así que los médicos no tienen más remedio que aconsejar no dormir con animales. La forma de prevenirlas es mantener una higiene regular con todos los animales que se tengan en casa, llevar un control en sus vacunas y sus exámenes y revisiones medicas para descartar infecciones y enfermedades y evitar que haya contacto muy cercano entre el perro o gato y el niño, más exactamente lametazos en el rostro.