Descubre algunas sencillas recetas para que tus hijos se encuentren perfectamente nutridos y bien alimentados a la par que puedan disfrutar de la comida que les pongas en la mesa.
Patatas con bacalao y huevo
Se aconseja comer pescado dos o tres veces cada semana siendo muy importante en la alimentación de los peques al ser, concretamente el bacalao, rico en vitaminas del grupo B y en Omega 3.
Ingredientes
- cuatro patatas
- dos huevos
- doscientos cincuenta gramos de bacalao
- aceite de oliva
- una pizca de perejil
Preparación
Se hierve el bacalao durante tres minutos y se retira del fuego para dejar que escurra sobre un poco de papel de cocina. Se pelan las patatas y se cortan en rodajas para freirlas en aceite de oliva sazonadas con un poco de sal y después se quita el exceso de aceite colocándolas también en papel de cocina.
Se coloca el bacalao en una fuente y se añade una cuchara pequeña del aceite de oliva con el que se han frito las patatas y se mezcla con la ayuda de un tenedor.
En una fuente apta para horno se pone una cama de patatas, a continuación el bacalao y para finalizar los huevos en crudo con un chorro de aceite por encima. Se lleva la fuente al horno y se deja a ciento ochenta grados centígrados, con calor arriba y abajo, hasta que los huevos estén cocinados. Se sirve decorado con un poco de perejil y bien caliente.
Galletas de mantequilla
Esta receta resulta genial para pasar una divertida tarde con los más pequeños de la casa en la cocina con el horno encendido, realizando una actividad con ellos que les encantará, tanto por el hecho de compartir momentos con los mayores como por el sabor tan rico que tienen estas galletas.
Ingredientes necesarios:
- cien gramos de mantequilla
- ciento cincuenta gramos de harina
- cincuenta gramos de azúcar
- una pizca de sal
Preparación
Se comienza batiendo el azúcar junto con la mantequilla utilizando varillas manuales. Es necesario recordar que la mantequilla se debe sacar un poco antes de comenzar a preparar esta receta para poder trabajarla con mayor facilidad.
A continuación se incorpora la harina junto con una pizca de sal. Se mezcla todo bien con las dos manos hasta que se consiga una masa que no tenga nada de grumos. Posteriormente se envuelve dicha masa en papel transparente de cocina y se mete en el frigorífico durante treinta minutos.
Con la ayuda de un tenedor se marca el centro de las bolitas para hacer un bonito dibujo de rayas a las galletas y se colocan en el horno a ciento ochenta grados centígrados durante veinte minutos con calor en la parte de arriba y en la parte de abajo. El tiempo es algo orientativo por lo que hay que estar pendientes para que se vean doradas pero no quemadas.
Cuando haya pasado este tiempo se retiran del horno y se dejan enfriar encima de una rejilla.
Las galletas se pueden aromatizar añadiéndolas una cuchara de esencia de vainilla en el momento en que el azúcar y la mantequilla ya estén batidas perfectamente.