Aunque no existe un acuerdo común sobre la existencia de una personalidad histérica propiamente dicha, intentaremos apuntar una serie de rasgos que suelen encontrarse con mayor frecuencia en las histerias. Rasgos de una personalidad histérica. I.
El histérico es una persona especialmente susceptible a la sugestión y vulnerable a la influencia de otras personas. Lo mismo puede adquirir un síntoma porque se le “sugiere”, que se le puede hacer desaparecer a través de la sugestión hipnótica. Por tanto la sugestionabilidad es uno de los rasgos comunes de una personalidad histérica.
Egocentrismo. Estas personas sienten la necesidad de destacar sobre los demás y ser el centro de atención. Muestra una necesidad exagerada de ser amado y compadecido. A la vez que se deja influir por los demás, también trata de manipularlos, con el fin de obtener una ganancia secundaria y un beneficio en el trato con los demás. Este es el rasgo básico del histérico.
Mitomanía. Las relaciones con los demás no son auténticas, ya que fantasea con facilidad y puede ser incluso víctima de sus propios engaños. Explica y cuenta historias increíbles, es narcisista y exhibicionista. Esta forma de comportarse es un medio de esconder la realidad que no le agrada y a través de su fantasía construye un mundo a su medida.
Además es inestable, inmadura e incontrolada en sus manifestaciones afectivas; bajo la apariencia de una gran profusión de afectos, se oculta una pobreza emocional que hace que todos los afectos sean superficiales y muy variables. Sensible a las contrariedades y frustraciones y reproches, no está seguro de sí mismo, pues hay una discrepancia entre lo que vale y lo que quiere y cree valer.
Rasgos de una personalidad histérica. II.
Este individuo tiene una gran dependencia. Pide a los demás más de lo que le pueden dar. En el fondo es una persona muy débil que no ha alcanzado la independencia emocional adulta. Además su actitud vital le lleva a despreocuparse por sus síntomas histéricos que incluso a veces parece que le complace. Otra de las características de estas personas es el histrionismo. El histérico representa, pero no simula, su personaje. Su forma de expresarse es muy expresiva, pero el contenido de su discurso es dramático.
La seducción es el arma que el histérico utiliza para alcanzar su posición de ventaja y lograr ser el centro de atención en todo tipo de relaciones. A pesar de este comportamiento provocativo y de coqueteo, presenta una serie de disfunciones sexuales, como frigidez, impotencia e inmadurez sexual. Se ha dicho que el histérico es incapaz de amar, de entregarse libremente al otro. Sus expresiones pasionales también tienen algo de teatrales. Todo ellos es el reflejo de una inmadurez psicoafectiva global.