¿Qué es una embolia pulmonar?

Cuando se produce una obstrucción en alguna arteria del pulmón debido a algún cuerpo extraño que circula por la sangre y que recibe el nombre de émbolo, se produce una embolia pulmonar. ¿Qué es una embolia pulmonar?

En qué consiste una embolia pulmonar

Una burbuja de aire, un coágulo de sangre, una pequeña gota de de grasa o cualquier tipo de sustancia extraña que circule por nuestro organismo, puede llegar a producir una embolia de tipo pulmonar. Estos émbolos, que así es como se les conoce, necesitan para llegar hasta los pulmones circular por las venas hasta que consiguen llegar a la aurícula del lado derecho del corazón, para pasar después hasta al ventrículo derecho, que es el encargado de expulsar la sangre hasta la arteria pulmonar, que recibe este nombre porque es la encargada de llegar la sangre hasta los pulmones para que puedan oxigenarse y volver a circular por todo el organismo. Una vez en los pulmones, esta arteria crea ramas que cada vez van siendo más finas por lo que es probable que se origine el atasco de dichos émbolos.

Las causas por las que se origina una embolia pulmonar es por la formación de coágulos que se forman en las paredes de las venas y que al desprenderse, van circulando por éstas hasta llegar a atascarse en algún vaso sanguíneo que sea algo más estrecho. En las venas más profundas de las piernas es más probable que se coagule la sangre ya que el retorno hacia el corazón es más lento y suele empeorar si existen varices, es decir venas dilatadas, en esta zona.

También es normal que se coagule la sangre por una inflamación de las venas o flebitis, por la administración de estrógenos que suelen utilizarse para tratar la menopausia o como método anticonceptivo, de igual manera que si se ha sufrido un traumatismo o una operación se tienen más posibilidades de que pequeñas gotas de aire puedan entrar en las venas.

Síntomas de una embolia pulmonar

Las embolias pulmonares en muchas ocasiones no producen ningún tipo de síntomas y los que suelen aparecer puede que sean debidos a otro tipo de enfermedades. En cualquier caso, los síntomas varían dependiendo del tamaño de la arteria que se ha sufrido una obstrucción y del estado del paciente en relación a su corazón y sus pulmones, aunque hay que sospechar en el momento en que existe uno de estos factores de riesgo y se produce de repente un aumento del pulso y de la respiración, una sensación de ahogo, tos con expulsión de algo de sangre o dolor en el costado en el momento en que se respira.

Aunque esta enfermedad puede pasar desapercibida en un primer momento, puede ser incluso mortal, por lo que es de suma importancia prevenirla siempre que se sospeche que hay algún riesgo de que pueda llegar a producirse. Para ello, se debe favorecer la circulación de la sangre con algo de ejercicio físico, moverse cuanto antes después de haber mantenido un tiempo considerable de reposo y evitar el sobrepeso. En el caso de padecer de varices, se suele recomendar el uso de medias de compresión o incluso la operación para eliminarlas. En cualquier caso, cuando se sospecha de que se puede padecer un alto riesgo de padecer una embolia pulmonar por las circunstancias de cada persona, se administrarán los medicamentos necesarios para dificultar la coagulación de la sangre.