El entonox es un óxido nitroso que se utiliza en algunos hospitales y que ayuda a las mujeres a aliviar los dolores del parto sin necesidad de utilizar anestesia y sin quitar movilidad a la futura mamá.
Entonox
Es posible que hayas visto alguna vez en algún documental o serie de televisión a una mujer en el momento del parto respirando por un tubo algún tipo de gas en el momento previo a las contracciones. Aunque no es muy conocido todavía en algunos países lo cierto es que cada vez empieza a implantarse cada vez más para propiciar un parto natural. Y es que se trata de un analgésico compatible con el parto y que no provoca efectos secundarios y que consistente en una mezcla de gases, en un 50% óxido nitroso o popularmente conocido como gas de la risa y un 50% oxígeno y que si se utiliza apropiadamente ayuda a las mujeres a disminuir el dolor que provocan las contracciones.
Hoy en día ya son algunos los hospitales públicos que ofrecen esta posibilidad ya que ofrece muchas ventajas y muy pocas contraindicaciones como son ligeros mareos o nauseas. El efecto del entonox comienza a apreciarse tan solo a los veinte segundos de inhalarlo y el pico de analgesia puede llegar a durar cincuenta segundos. Después el cuerpo de la mujer lo eliminará en tan solo un par de minutos y sin dejar ningún tipo de rastro y sin afectar al bebé por supuesto.
Su uso es a través de aspiración mediante un tubo. La futura mamá debe comenzar a aspirarlo cuando esté notando que le llega una contracción para que el pico más alto de dolor coincida con el efecto del gas máximo. Hay que destacar que es un analgésico suave que no elimina por completo el dolor de las contracciones sino que simplemente lo suaviza a la vez que permite a la mujer sentir completamente su cuerpo y estar consciente totalmente durante el parto.
El entonox y la epidural
Estas dos técnicas no están destinadas al mismo objetivo. El entonox como ya hemos dicho es un analgésico muy suave mientras la epidural bloquea el sistema nervioso central a través de una inyección con anestesia. El gas no es una anestesia, simplemente un atenuante del dolor, mientras que la epidural elimina éste.
Otra diferencia muy grande son los efectos secundarios. Con la epidural se aumenta el riesgo de sufrir una intervención con instrumentos, así como que sea necesaria una estimulación de las contracciones o de que se alargue la segunda fase del parto. Por eso su uso requiere el consentimiento de la persona que lo va a utilizar y de un análisis de sangre anterior a su administración.
La utilización de una o de otra técnica debe ser una elección bien meditada por la futura mamá siempre que previamente se la haya informado claramente de las ventajas e inconvenientes de ambas técnicas. De cualquier manera el uso del gas no excluye la utilización de otro tipo de anestesia si el dolor llega a hacerse insoportable.