Ahora que vas a alimentar a tu bebe con tu propia leche, debes saber que su salud va a seguir dependiendo de ti de igual manera que lo ha hecho durante esos nueve meses de embarazo, por lo que hay que seguir cuidando de la alimentación para conseguir una buena calidad de la leche
¿Es necesario comer más cantidades para tener más leche?
En los países que se encuentran industrializados, la alimentación de la mamá no influye apenas en la producción ni en la composición de la leche por lo que no aumenta la cantidad si se consume más cantidad, ni disminuye si se reducen las calorías.
¿Hay que eliminar algunos alimentos de la dieta?
En un principio no es necesario aunque debes saber que existen ciertos alimentos como la cebolla, los espárragos o el ajo que pueden cambiar un poco el sabor de tu leche si se consumen en cantidades muy grandes pero que en cualquier caso puede que al bebé le guste. Sólo se deben evitar si se aprecia que el pequeño rechaza el pecho.
¿Se debe beber más líquidos?
No es necesario beber líquidos de una manera excesiva. Bastará con calmar la sed al final de cada toma. De cualquier forma tomar más de diez vasos diarios de líquido al día se relaciona con una bajada de la producción de la leche.
¿Es recomendable ingerir más productos lácteos?
Sí. Mientras se amamanta al bebé hay que conseguir de la dieta unos 1600 mg al día de calcio ya que la salud de los dos depende de ello. Varios estudios han llegado a demostrar que un déficit de calcio conlleva tener menos cantidad en la leche de la madre y una descalcificación mayor de los huesos, algo que se notará a un plazo largo. Se debe consumir por tanto alimentos como yogures, leche y quesos frescos a diario.
¿Se deben evitar algunas sustancias completamente?
La cafeína, el alcohol y el tabaco son sustancias que hay que eliminar de la dieta de una manera completa si se está dando de mamar ya que tanto la nicotina como cualquier otro tipo de sustancia tóxica que se encuentre en estos productos, pasa a la leche materna y se relaciona con una mayor frecuencia de los cólicos y un escaso aumento en el peso del bebé.
Si no se puede abandonar el hábito del tabaco al menos se debe intentar reducir al mínimo el número de cigarrillos y sobre todo evitar fumar antes de cada toma. Referente al alcohol, éste llega a alcanzar la misma concentración en la sangre que en la leche por lo que el bebé puede llegar a estar más irritable y tener menos apetito. En cambio si se ingiere alcohol en pequeñas cantidades como por ejemplo media copa de vino o una cerveza, no afectará al niño aunque es aconsejable tomarlo inmediatamente después de haber dado de amamantar.
Por su parte la cafeína tienen un efecto excitante tanto en el sistema nervioso de la madre como del bebé.
De igual manera hay que tener mucho cuidado con las medicinas que se toman durante el período de lactancia y no probar, por supuesto ninguna droga y lavar muy bien los alimentos para eliminar cualquier resto de abono o de pesticida que pudieran tener.