La lactancia para algunas madres puede llegar a ser complicada y les atemoriza vivir estas nuevas y dolorosas experiencias y no saber como afrontarlas. A muchas nuevas madres les preocupa el momento de dar de comer a sus hijos, porque aunque al principio todo parezca normal y fácil, con el paso de los días empiezan a aparecer las dificultades. Pero afortunadamente todo puede ser tratable y lo principal es saber que puede pasar para encontrar una rápida solución.
1. Lo más común es que aparezcan grietas en los pezones, por acción del peso, del estiramiento de la piel, del contacto con la saliva del bebe y los residuos de leche. Además suele complicar la situación, el hecho de que el bebé no sepa succionar y genere heridas en la piel de la madre. Por lo general suelen morder, estar demasiado separados y halar, tomar solo el pezón y crear heridas o combinar todas las anteriores. Desafortunadamente la solución es corregir al bebé y su manera de succionar, pues las cremas o soluciones tópicas no curan el problema de raíz y la herida vuelve a aparecer si el pequeño sigue comiendo mal. En los casos en que la herida ha llegado a una infección, si es bueno acudir al médico para que recete una crema antibiótica y buscar nuevas maneras de dar de comer al bebé.
2. Hay una complicación no tan común, pero si se presenta. Se trata del frenillo corto en la lengua lo que les impide comer de una manera correcta, natural y fluida. Lo que sucede es que este plegue les llega hasta la punta de la lengua lo que les limita los movimientos, les causa dolor o no les da control sobre la cantidad de leche que entra a su boca. Por esta razón, puede que un bebé no se alimente de la manera adecuada y que su madre no perciba su aumento de peso. Para poder contrarrestar estos efectos, nada mejor que ubicar en diversas posiciones al bebé, hasta encontrar la más adecuada. Si no se ve unan solución, la salida que queda es la quirúrgica, un procedimiento sencillo y con anestesia.
3. El último inconveniente más frecuente a la hora de dar pecho al bebé, es que el conducto de salida de la leche esté taponado. La forma más fácil de identificarlo es cuando una zona del pecho está caliente, enrojecida y con un dolor muy fuerte. La solución más rápida aunque tal vez un poco dolorosa, es seguir dando pecho al bebé, pues por medio de la succión, puede que se destape el conducto y la leche siga fluyendo normalmente. Además es conveniente hacer masajes cuando el bebe no esté tomando y poner algunas compresas de agua caliente y fría. Para los casos más graves suele aparecer fiebre y en estos momentos es conveniente consultar a un médico.