Ser mamá es una experiencia maravillosa, pero para algunas chicas, sobre todo las que lo enfrentan por primera vez, puede llegar a ser realmente agotador. Es tan fuerte la sensación de miedo y cansancio, que es fácil caer en una fuerte depresión. Es una situación que vive gran parte de las mujeres que han dado a luz y aunque al principio no sabían que afrontarían eso y trataban de evitarlo, desafortunadamente tuvieron momentos difíciles, después del parto. Pero lo bueno es que según investigadores, más de la mitad de los casos se pueden evitar. En realidad todo depende del proceso de alimentación del bebé y de su ciclo de sueño para poder ajustarlo al de la mamá. Este malestar se da de inmediato, casi al siguiente día que nace el bebé pero en realidad no tiene una duración superior a una semana y media o máximo dos. Cuando una madre atraviesa por esta situación, es normal que sienta extrema sensibilidad emocional, cansancio, ansiedad e irritabilidad.
Dormir es algo que no puede hacer, incluso si tiene la posibilidad porque el bebé está dormido, pero en este síntoma especifico, si es más común que se minimice con el paso del tiempo, y cuando el horario de sueño del bebé y la mamá sean compatibles. Hay casos que son los más graves, los cuales pueden durar fácilmente hasta un año y ya es necesario tener alguna especie de ayuda sicológica. Para poder prevenirla, se pueden seguir algunos de estos consejos:
– La alimentación del bebé se debe llevar a cabo cada 4 o 5 horas y es necesario que se mantenga despierto mínimo en los siguientes 15 minutos después de comer.
– Como todos os horarios y rutinas se alteran, es posible dormir cuando el bebé duerma y no solo hacerlo en la noche y madrugada como es común, puede ser en la mañana o en la tarde, para compensar el sueño perdido.
– La aceptación de ser madre es importante, porque de allí parte que los cambios en la nueva vida, sean recibidos de la manera adecuada. Aunque ser mamá es de mucha responsabilidad, es una bella labor con fases crónicas de desgaste.
– El padre también debe tener participación en el cuidado del pequeño que acaba de nacer, así que no hay que escatimar en delegar responsabilidades y labores, ya sea con el pequeño o en el hogar, porque también son importantes los momentos para sí misma, para el auto cuidado, el descanso, la distracción y diversión así sea momentánea.
– Hay que tener valentía para enfrentar los miedos, sobre todo si se es madre primeriza, porque no saber amamantar, cambiar un pañal o saber porque llora el bebé es realmente desesperante, pero es normal que todas las mujeres que son madres, pasen por esa etapa. Así que nada mejor que tratar de hacer las cosas bien, con calma, paciencia y amor, además madres perfectas no las hay, siempre hay pequeños errores pero es importante no recaer en ellos y sobre todo para evitarle daños al pequeño. Las abuelas del bebé, pueden ser de gran ayuda.