La experiencia de un segundo embarazo puede estar marcada por lo que sucedió en el primero, por lo fácil que fue o por las complicaciones que se tuvieron con el primer hijo, y aunque no hay partos iguales, deben haber cuidados esenciales para la salud de la madre y del bebé que está en camino. Después de la primera experiencia es común que queden miedos o preocupaciones por el dolor o las sensaciones, aunque puede empeorar si la primera vez fue desagradable y con mucha complicaciones. Pero lo que hay que rescatar es que si fue normal no habrá tanto miedo, además que cada parto puede llegar a ser diferente y menos traumático.
El primero dolor de cabeza puede ser la edad del primer hijo, porque si aún es muy pequeño y ya viene el segundo en camino, puede significar una multiplicación de responsabilidades, de tiempo, y hasta de cansancio, porque así como el recién nacido necesita de extremos cuidados, el primero hijo también tiene necesidades que deben ser satisfechas y no siempre los horarios coincidirán para dar de comer o de dormir o tal vez lo hagan, mientras uno llora y el otro quiere jugar. Desde el momento en que una mujer sabe que va a tener un segundo hijo, debe cuidarse, en su alimentación, fisiciamente, hacer ejercicio, mentalmente y sicológicamente, porque puede caer en situaciones de depresión o ansiedad por los mismos temores de vivir algo que no le gusto mucho. Además que dependiendo de los cuidados de la madre, depende la salud y el desarrollo del bebé que viene en camino.
Hay que hacer ejercicio, porque si quedo algo de peso de más del pasado embarazo, es posible que en este haya un poco más y sea más complejo bajarlo. Lo ideal es tener el peso que es, el necesario y no excederse comiendo por dos o tres, pero tampoco obsesionarse con que hay que ser excesivamente delgada y menos si hay un bebé a bordo. La alimentación debe ser sana, fáciles y rápidos de preparar, nada concentrado en grasas o dulce, pero si mucho consumo de frutas y verduras, además de agua. Los intervalos deber ser de por lo menos dos horas y en una porción considerable pero no excesos. El objetivo es que haya energía para todo el día y que no se sienta un cansancio por una mala alimentación.
La preparación mental debe ser muy grande puesto que el cuerpo sufrirá cambios por segunda vez y es posible que las estrías o el aumento de peso se dupliquen, incluso las venas varices o las nauseas regresen con más fuerza, pero lo importante es que ya se tiene experiencia y se puede saber cómo se trata. Algo que si puede ser un poco más fuerte es el dolor en las articulaciones y la pelvis, porque con cada embarazo se vuelven un poco más sensibles. Por último hay algunas condiciones que pueden poner en riesgo el segundo embarazo, por ejemplo, el haber sufrido de preeclampsia, tener diabetes, que el primer hijo haya sido prematuro, si se sufre de hipertensión o si hay exceso de peso.