Si la mujer embarazada se encuentra en perfecto estado de salud y la gestación va transcurriendo sin problemas, no existe ningún problema para viajar durante el embarazo.
El tren
Teniendo en cuenta la movilidad, sin duda, la forma más cómoda para viajar durante el embarazo es el tren ya que resulta fácil cambiar de posición durante un trayecto así como levantarse de vez en cuando y caminar. Los trenes de alta velocidad son la opción perfecta ya que además de ser cómodos, realizan el trayecto en muy poco tiempo.
En vehículo propio
Para un trayecto no demasiado largo, el coche suele ser la opción perfecta, especialmente si lo conduce otra persona. En este caso es recomendable parar cada dos horas para estirar las piernas, caminar durante unos diez minutos e ir al servicio.
El barco y el autobús, los menos aconsejables
El autobús es la opción menos aconsejable para viajar estando embarazada. No tienen baño normalmente y las posibilidades de moverse son muy pequeñas, sin tener en cuenta que las paradas las realiza muy de tarde en tarde.
Por otra parte los viajes en un barco son poco aconsejables para una mujer embarazada por los continuos vaivenes de las olas. Pero si a pesar de todo se va a hacer un crucero, se deben evitar los programas que estén muy llenos de actividades.
La documentación necesaria
Antes de viajar es necesario pedir al ginecólogo el historial de la mujer embarazada para prevenir sorpresas. También conviene llevar una agenda con los teléfonos de los familiares, amigos, taxis, servicios de urgencia, etc. así como un neceser con todo lo imprescindible por si se produjera un parto prematuro. También hay que asegurarse de que en el lugar de destino hay una correcta atención médica por si se precipitara el parto o surgiera algún tipo de problema.
Los preparativos necesarios antes de viajar
Es conveniente organizar el viaje con antelación para evitar los preparativos estresantes de última hora. De cualquier manera no hay que hacer ningún esfuerzo ni llevar bolsas o maletas de gran peso.
Hay que llevarse ropa cómoda que no tenga elástico y que puedan apretar o cortar la circulación. Unos zapatos sin tacón y flexibles, una chaqueta por si el frío o el aire acondicionado hacen aparición y un bolso de mano ligero con solo lo necesario, es decir, unos pañuelos, algo para comer, una botella de agua pequeña y los útiles de aseo. Si el viaje es muy largo conviene llevar también una almohada para las cervicales.
Las mujeres que están embarazadas tienen mucho más predisposición a marearse cuando están viajando, por lo que es bueno siempre llevar algo de comida como por ejemplo una pieza de fruta, unos frutos secos o unas galletitas. Para evitar las náuseas lo ideal es chupar algo de glucosa como un caramelo. No hay que tomar ningún tipo de pastillas, ni jarabes, ni chicles para prevenir los mareos sin haber consultado antes con el doctor.