Los dedos son para los niños un medio para descubrir o diseñar su mundo y un elemento fundamental para aportarle a su imaginación son las pinturas. Por eso es bueno guiarlos en sus diseños, en sus ideas y en los momentos en los que quiere divertirse para que se sienta acompañado y para evitar que haga daños. Los niños desde que son pequeños buscan desarrollar todas sus capacidades haciendo uso de las partes de su cuerpo. Y qué mejor que cuando están en la etapa del jardín que utilizar sus dedos y las amadas pinturas o temperas para crear todo un mundo de ideas que aunque a veces para los grandes no tenga forma o significado alguno, para ellos es lo máximo y no tanto por el significado de sus trazados sino por lo que sienten untarse de pintura y plasmar con sus dedos sus ideas como si fueran pinceles.
Lo bueno de esto es que estas pinturas son elaboradas a base de agua así que no hay problema de que daño en su ropa o la pintura no caiga de sus cuerpos, pues con tal solo un baño quedaran muy limpios. El problema es que manchen las paredes de la casa así que es propicio diseñarles un espacio sin que se sientan limitados o enseñarles a pintar sobre superficies de papel o cartón que son recicladas. Lo que frecuentemente se experimenta es:
– Hacer sus dibujos sobre papel, pues es sencillo de manejar y no se rompe tan fácil mientras más grueso sea.
– Hacer uso de una mesa pequeña justa para su tamaño y sentir que tienen su propio espacio es más tranquilizante. Es mejor quelas superficies sean fáciles de limpiar y que no tengan poros como la madera para que la pintura salga fácilmente y pueda volverse a utilizar.
– Es bueno que se les faciliten objetos que no tienen tanto uso en casa como bandejas o platos en plástico y que puedan ser “decorados” por ellos y sus pinturas. Es fácil retirarlas con agua y los padres pueden hacer un acompañamiento y hasta jugar con el pequeño mientras realiza su obra de arte.
– Hay otras prácticas más divertidas para ellos como el pintar mientras toma una ducha. Así puede ir jugando a pintarse de un color, quitarlo con agua y pintarlo de otro o simplemente ver el color de las pinturas cayendo y mezclando y producirle felicidad.
Cuando son pequeños en aproximadamente de los 6 a los 12 meses es bueno que tengan una orientación y acompañamiento para que sepan cómo usarla y que no deben comerla, después de esta edad ya aprende a manejarla solo y quiere usarla en cuanta superficie encuentra, esto ayuda a desarrollar sus capacidades motrices finas y su creatividad. Así que cuando los niños quieran usar las pinturas no hay que prohibirlo temiendo que dañaran o mancharan algo, solo adecuarles un lugar o instruirlos acerca de cómo hacerlo.
También para los padres es bueno devolverse a esa etapa infantil y manchar sus dedos, sus brazos o sus rostros mientras comparten un rato con sus bebés y se divierten juntos. Con respecto a la seguridad, en el mercado ya se encuentran productos no tóxicos que aunque no se pueden comer son más fáciles de usar, menos manchas producen o son más sencillos de quitar.