Desde el mismo instante en que una mujer se queda embarazada, es conveniente realizar todo lo que esté en sus manos para favorecer su circulación sanguínea y poder evitar tanto los problemas estéticos como cualquier otro tipo de problemas que pueden aparecer durante este período.
Capilares dilatados e hinchazón de piernas
Celulitis en los muslos y glúteos, acumulación de grasa en la zona de las rodillas, piel sin luminosidad ni tono, pesadez, hinchazón y capilares visibles son algunos de los problemas de tipo estético que pueden llegar a afectar a las piernas de una mujer en estado desde el mismo instante en que se queda embarazada.
En caso de tener los capilares dilatados y de sufrir hinchazón en las pierna, conviene alternar la aplicación de la crema que se usa habitualmente para hidratar la piel con algún producto que aporte firmeza y elasticidad y que sea rico en colágeno, elastina y fitoextractos, ingredientes que contribuyen a la estimulación del tono de los tejidos y que favorecen la microcirculación.
Cuando se noten las piernas pesadas e hinchadas es recomendable aplicar un gel o una crema que tenga propiedades refrescantes y calmantes, ya que este tipo de productos logran proporcionar un gran alivio y tienen resultados duraderos.
Si no existe ningún tipo de contraindicación también es posible someterse a sesiones de presoterapaia o de vendajes fríos que garantizan la reducción de dicha hinchazón a la vez que mejoran la circulación sanguínea.
Estrías y celulitis
Tratando la piel de una manera constante y con los productos adecuados desde el comienzo de la gestación, se conseguirán resultados visibles y muy seguros. La piel siempre tiene que estar bien nutrida en profundidad para mejorar su elasticidad y resistencia y por supuesto, para ayudar a que afronte los cambios que se van produciendo de una manera progresiva en el cuerpo de una mujer embarazada. Durante los tres primeros meses conviene aplicarse una emulsión hidratante con ácido hialurónico sobre los muslos una vez al día, así como en el abdomen y en los glúteos y siempre con un masaje rotativo.
Posteriormente se debe intensificar dicha aplicación durante dos o tres veces al día y alternándolo con cualquier otro producto que logre aportar firmeza y elasticidad y que sea rico también en fitoextractos, colágeno y elastina. De esta manera se conseguirá que la piel tenga un tono mucho más luminoso a la vez que se favorece la microcirculación, lo que previene la formación de las temidas estrías.
También se aconseja realizar al menos dos o tres veces por semana un masaje en el abdomen, en la cadera y en los glúteos con un poco de aceite de almendras dulces para devolver el tono natural a los tejidos o incluso con aceite de mosqueta que resulta estupendo para la prevención de las estrías por sus propiedades reestructurantes.
Para atenuar la típica retención de líquidos se debe beber mucho agua así como infusiones purificantes como un extracto de piñas que garantizará un natural efecto diurético.