Hay que tener en cuenta ciertas pautas para que el niño aprenda a comer correctamente sin necesidad de suprimirle ningún alimento pero si para que aprenda el horario y las comidas que son mas nutritivas y lo que debe y no debe hacer. Muchos padres caen en el error de darle a los hijos todo lo que piden y de cuanto se antojan y desafortunadamente todo tiende a ser galguerías, dulces y demás, entonces deben conocer una seria de pautas que hay que tener en cuenta para que no los alimenten de maneras incorrectas y no fomenten el sobrepeso y solo el consumo de comidas poco nutritivas. Lo primero es asegurarse que el niño tenga hambre, pues a veces piden de gula, así que hay que tener en cuenta y contabilizar el tiempo entre comida y comida, los dulces entre estas horas están prohibidas o no darlas en exceso pues al momento de consumirlos alimentos principales, es probable que ya no reciban porque dirán que están muy llenos, pero solo por medio de galguerías.
Es bueno hablar con vehemencia cuando solo quieren manipular con llanto o con berrinches, y hay que exigirle que coma, no la totalidad del plato pero si una suficiente cantidad. Si es manipulador, es probable que solo diga que le duele el estomago, pero a los pocos minutos este pidiendo comidas rápidas, helados o postres, entonces los padres se darán cuenta que no era cierto lo del dolor. Al principio es común que prefieren comer con las manos pero después de los 12 meses ya es posible que manejes lo cubiertos, no a la perfección total, pero será un hábito que debe ir adquiriendo. Después de los dos años, es probable que coma solo. Hay que evitar los gritos o los golpes, ya que deben asimilar que la hora de la comida, ya sea desayuno, almuerzo o cena es un momento para compartir, para divertirse en familia y socializar, no para que sea regañado o para que le cojan fastidio a ese momento.
Es bueno mantener los horarios de alimentación fijos y evitar que coma solo, viendo televisión o jugando, debe estar sentado, tranquilo y pendiente de lo que hace y come. Los menús y preparaciones deben ser guiados por las necesidades alimenticias del niño y de las guías del nutricionista, no de lo que a él le gusto o prefiera, porque es posible que solo se sienta atraído por los fritos o el exceso de dulce y esto no podrá darse todos los días a toda hora, sino será desencadenarle desde pequeño problemas de colesterol, obesidad y circulación. Cuando un alimento no le gusta, debe ser dado en pocas cantidades pero no suprimido y si se le va a dar de comer algo nuevo, hay que brindárselo cuando tenga hambre para ver cómo reacciona.
Cada pequeño come a un ritmo especifico y no todos acabaran al mismo tiempo que el resto de la comida, pero tampoco se puede exceder, porque solo estarán tomándolo como una “quema” de tiempo para no comer. Si no come, es bueno guardarle eso que dejo para la siguiente comida, hasta que se acostumbre que deba comer lo que hay en el hogar y no lo que quiere por capricho.