La leche de la madre, sin duda alguna es el mejor alimento que podemos ofrecer a nuestro bebé. Pero si por cualquier circunstancia ésta no pudiera darle el pecho las leches de fórmula constituyen un excelente sustituto de ésta. Descubre qué tipo de leche puedes dar a tu bebé cuando haya cumplido los seis meses.
Leches de fórmula
Además de proporcionar la leche materna todos los nutrientes que el bebé necesita y de estar disponible en todo momento para éste, existen algunos casos en que las madres no puede dar el pecho por diversas circunstancias o incluso que aunque puedan hacerlo, la leche se le acabe antes de lo aconsejable. Cuando esto ocurre será necesario alimentar a nuestro bebé con otro tipo de leche como por ejemplo la de fórmula.
Prácticamente todas las leches de fórmula provienen de la leche de vaca, aunque eso sí, adaptada y modificada a las necesidades del bebé para que se asemeje lo máximo posible a la leche de la madre.
Un niño hasta los tres años no debe ser alimentado con la leche de vaca ya que la concentración de sales minerales y de proteínas hacen que este alimento no sea el adecuado ni para su aparato digestivo ni para su aparato renal, ya que ninguno de ellos se ha acabado de formar completamente a esta edad.
Casi todas las leches de fórmula que se encuentran en el mercado vienen preparadas en forma de polvo aunque también es posible encontrarla en un formato líquido.
La leche en polvo viene acompañada de una cuchara de plástico para poder medir la dosis exacta. Las proporciones que deben utilizarse tanto de leche como de agua, ya que debe diluirse en ésta, no deben ser alteradas bajo ningún concepto ya que sería incluso peor que alimentar a nuestro hijo con leche de vaca durante esta etapa. Si se exagera la cantidad del polvo utilizado el bebé puede llegar a sentir molestias. Y es que una leche demasiado concentrada puede llegar a provocar una hipernatremia o exceso de sodio en la sangre del niño lo que conllevará una deshidratación en el organismo del bebé.
Leches de continuación
Esta leche está indicada cuando el bebé tiene ya seis meses y suele usarse hasta que cumple el primer año. La composición de esta leche está pensada específicamente para cubrir todas las necesidades de nutrición de bebé en esta franja de edad y son asimilables de una manera muy sencilla por su aparato digestivo.
Las leches de continuación tienen la cantidad adecuada de las proteínas imprescindibles para esta etapa tan fuerte del crecimiento en el niño y de minerales como el calcio, el hierro, ácidos grasos esenciales y de vitaminas.
Este tipo de leches es importante recordar que ya vienen preparadas en sus envases en su versión líquido por lo que deben conservarse en la nevera y una vez que se han abierto, deben consumirse antes de las 48 horas para proporcionar las máximas garantías a nuestro hijo.