Cuando los padres tienen como vicio fumar, pueden arrastrar consigo que sus hijos sigan ese ejemplo. Existen muchas maneras para eliminar este mal hábito. Entérate aquí cómo dejar de fumar y salvar a tu hijo de ese vicio Un estudio reciente ha revelado una razón más para que la gente deje de fumar, porque eso tiene que ver con la salud de tus hijos y es que este vicio se lo pueden pasar los padres a los hijos.
El estudio examinó los hábitos de fumar dentro de las familias y los datos se obtuvieron de la encuesta del Panel de Hogares Británico, tal estudio, estuvo relacionado con la difusión de los hábitos de fumar de generación en generación.
En los hogares donde ambos padres fuman, el hijo cuenta con un 24% de probabilidad de ser un fumador. Pero si en la casa uno de los padres no fuma, el riesgo disminuye a un 12% aproximadamente.
En las hijas, la situación el porcentaje es diferente, existe el un 23% de propbailidad de que ellas tomen el vicio si ambos padres fuman, pero éste se reduce a un 12% cuando ninguno de los padres es fumador.
Los niños tienden a imitar los géneros respectivos de los padres, en otras palabras, los niños tienden a imitar a los papás y las niñas tienden a imitar a las mamás. Es evidente que fumar no es un hábito que quieres ver en tu hijo. Por ello, hay que tomar la decisión (si eres fumador) de dejar el vicio, porque primero estás atentando contra tu propia salud y segundo recuerda que eres un ejemplo para un niño que apenas está comenzando a ver la vida, eres esa clase de héroe o heroína para tu hijo, así que la imagen de un padre fumador no es la más adecuada.
Aquí tienes cinco razones para dejar de fumar:
• Aumentarás en cantidad y calidad de vida. Vivirás más años y mejor.
• Al dejar de fumar se reducirá la posibilidad de que sufra un ataque al corazón, una embolia o cáncer.
• Si estás embarazada, dejar de fumar aumentará la posibilidad de tener un bebé saludable.
• Las personas que viven con usted, especialmente los niños, serán más saludables.
• Tendrás dinero adicional para gastar en otras cosas y no en cigarrillos.
Como padre cuando dejas de fumar, proteges a tu hijo de convertirse en un fumador pasivo, además lo alejas de enfermedades causadas por el humo del tabaco.
Si no sabes cómo dejar de fumar, aquí tienes cinco claves que encontré en una publicación del portal paradejardefumar:
Prepárate: fíjate una fecha para empezar a dejar el tabaco. Coméntalo con familia y amigos para que ellos te ayuden en tu propósito. Piensa en otras veces que lo hayas intentado y decide si lo harás de forma radical, poco a poco, ve reduciendo paulatinamente el número de cigarrillos que fumas al día.
Busca ayuda: dile a tu familia, amigos y compañeros de trabajo que dejarás de fumar y que deseas su apoyo. Si tienes conocidos que fuman, pídeles que no lo hagan cerca de ti. Además habla con un profesional de la salud que te ayuden a dejar de fumar.
Obtenga asesoría individual, de grupo o por teléfono: mientras más asesoría recibas, mejores serán las posibilidades de que dejes de fumar. Hay programas que se ofrecen en hospitales y centros médicos.
Aprende habilidades y conductas nuevas: trata de entretenerte con otra cosa cuando tengas ganas de fumar. Tener un chicle a mano, tomar una infusión, salir a caminar o hacer cualquier otra cosa que te mantenga distraído. Además cuida tu dieta y bebe mucha agua y otros líquidos. Puedes consultar una dieta depurativa contra la nicotina que es la más recomendada para personas que dejan de fumar.
Obtén medicamentos y úsalos correctamente: hay medicamentos que pueden ayudarte a dejar de fumar y a reducir las ganas de hacerlo como: Bupropion, chicles de nicotina y parches de nicotina todos disponibles con recetas médicas.
Prepárate para las recaídas y las situaciones difíciles: la mayoría de las recaídas suceden durante los primeros tres meses después de empezar a dejar de fumar. No te desanimes si empiezas a fumar de nuevo. Recuerda que la mayoría de las personas tratan varias veces de dejar de fumar antes de lograrlo.
Evita las bebidas alcohólicas: el beber reduce las posibilidades de lograrlo.
Recuerda el sacrificio valdrá la pena, no sólo por tu salud, si no por la de tu hijo también.