Niños: ¿Qué hacer frente a las rabietas?

Montan una pataleta por cualquier cosa. Desesperan a los padres, que no saben cómo atajarlas. Sepamos cómo reaccionar ante las rabietas de los niños. Niños: ¿Qué hacer frente a las rabietas? A menudo, los niños tienen rabietas cuando se sienten frustrados consigo mismos. Pueden estar frustrados porque no consiguen armar algo. Los niños pequeños pueden estar frustrados porque sus padres no entienden lo que ellos dicen. Los niños mayores pueden estar frustrados a causa de su incapacidad para hacer su tarea escolar.

Una rabieta o berrinche es una forma inmadura de expresar ira o enojo. Aunque usted tenga un carácter muy dulce y sereno, su hijo probablemente tendrá algunas rabietas. Trate de enseñarle que las rabietas no dan resultado, y que no le harán cambiar de opinión a usted.

Para los 3 años de edad, puede empezar a enseñarle a su hijo a expresar sus sentimientos con palabras («Estás enojado porque…»). Debemos enseñar a los niños que el enojo es normal, pero que debe ser manifestado en la forma apropiada. Cuando los niños llegan a la edad escolar, las rabietas deben ser raras. En la adolescencia, puede recordarle a su hijo que explotar produce una mala impresión y que contar hasta 10 puede ayudarle a recuperar el control.

En lo que se refiere a las rabietas existe una verdad casi universal: “La rabieta no sucede si no hay un público que reaccione ante ella”.

Algunos consejos:
– No es conveniente intervenir durante la rabieta. Lo mejor es dejar que el niño se desahogue, procurando que no se haga daño. Una vez que haya terminado, los padres no deben ceder ante los caprichos de su hijo. De otra manera, las rabietas solo aumentaran, ya que el niño se da cuenta de su eficacia.

– Sea flexible en cuestiones de poca importancia, como a la hora de elegir la ropa o el camino del paseo, ya que a los niños les gusta decidir per si mismos. Conviene satisfacer su voluntad cuando la situación lo permita.

– Evite las situaciones que provocan las rabietas, como por ejemplo, llevar a los niños a hacer las compras cuando están hambrientos o cansados. También hay ciertos mementos en el día más propicios a los berrinches, como la última hora de la tarde. Cambiando ciertas rutinas (adelantando el horario de la cena, del baño o del sueño) puede ser posible disminuir su frecuencia. Por otro lado, la sobreestimulacion, como llevarlos de un sitio a otro, puede provocar rabietas, ya que el niño no es capaz de asimilar la avalancha de impresiones.

– De un buen ejemplo y no pierda los estribos. Los niños imitan la conducta de sus padres.