Un embarazo es la noticia mas maravillosa que recibe una mujer y los siguientes nueve meses se espera que sean tranquilos, pero sobre todo que el bebé esté en buenas condiciones. El problema es que no siempre las cosas salen bien y en medio de la felicidad, todo se puede derrumbar porque el bebé nace sin vida. Es un temor que vive cualquier mujer que está en embarazo, porque a pesar de recibir la noticia de que serán madres, algo en algún momento de los nueve meses, puede empezar a amenazar al salud del bebé y hasta su vida. Son los primeros tres meses del embarazo los que tienen que tener un cuidado especial por parte de la madre, porque son los que definirán la salud del bebé, su estabilidad y por ende su correcto desarrollo.
Si algo no sale bien o hasta se presentan accidentes, es posible que se haga efectivo un aborto espontaneo. Aunque si por algunas condiciones el bebé logra llegar bien a las ultimas semanas de embarazo, el riesgo puede estar latente y morir incluso totalmente desarrollado, lo que puede llegar a generar una depresión crónica en los padres, a veces más en las mamás, ya que se han preparado durante mucho tiempo para poder traer al mundo a una nueva vida y de un momento a otro ya no está.
Según las estadísticas, de cada 200 embarazos, 1 presenta la muerte del feto, ya sea después de la semana 20 o incluso pocos días antes del nacimiento. Poder identificarlos es necesario y sobre todo cuando hay factores de riesgo o que amenazan la vida de un bebé que venía en perfectas condiciones. Lo primero que se evidencia es la falta de movilidad, la ausencia de pateos o que se evidencie alguna parte de su cuerpo por ciertos segundos a través de la pancita de su madre. Durante los primeros meses, puede haber una señal de alarma cuando a pesar de que el bebé está en su lugar, no hay presencia de latidos cuando se hacen ecografías. Si hay un sangrado vaginal que no sea normal, debe buscarse ayuda profesional de inmediato porque si hay movimiento del bebe puede amenazar con un aborto, pero si no hay movimiento, hay que hacer exámenes de urgencia para descartar cualquier anomalía.
Según los médicos, una de las causas más frecuentes para que el bebe muera es el desprendimiento de la placenta, lo que genera fuertes hemorragias y reduciendo el oxigeno para el bebé. Aunque también puede atribuírsele, pero en menor porcentaje, a algún tipo de alteración cromosómica, que además de ocasionar la muerte del feto, hubiese podido generar malformaciones. Para poder prevenir esto, las chicas que están en embarazo, deben evitar consumir alcohol o cigarrillo, pues son factores sumamente riesgosos para que el bebé nazca muerto. Los controles con el médico deben ser rigorosos, pues de allí puede evitarse la preeclampsia, se entienden las instrucciones prenatales y se minimiza el riesgo de que si se paso por una experiencia tan triste y preocupante, se presente de nuevo.