Es complejo de asimilar, pero si hay madres que se obsesionan tanto con la idea de mantener una linea de modelos y cuerpos perfectos durante su embarazo, que dejan de lado su salud y la del bebé, ocasionandole problemas durante su desarrollo o al nacer. Se supone que la época del embarazo debe ser una de las cuales la futura mamá debe tener cuidados específicos y esenciales con respecto a la alimentación y aunque no debe obsesionarse con la comida y llegar a un sobrepeso, tampoco debe dejar de comer, solo porque se sienten gordas, pues es común que suban de peso. Desafortunadamente este tema se está volviendo un temor en las mujeres en embarazo, sobre todo para las que no lo planean y empiezan a caer en la pregorexia u obsesión por verse tan delgadas en su etapa de embarazo que empiezan a correr el riesgo de caer en la anorexia.
Obviamente los médicos dan ciertas señales de alimentación para las futuras mamas, pero son ellas quienes deciden que es lo mejor, lo que les gusta, lo que las hace sentir bien y desafortunadamente lo que llega a hacerle daño a ella y al bebé, por más contraindicaciones o recomendaciones que se hagan. El problema es que en medio del aumento de peso común, empieza a aparecer un sentimiento de culpa en la que las chicas se sienten terriblemente cada vez que comen algo, por más mínimo que sea. Lo malo es que muchas veces son los mismos médicos los que hacen que sus pacientes se sientan mal, porque a pesar de que puedan subir un máximo de 15 kilos durante esos 9 meses de espera, ellos mismos recalcan tanto que no deben subir excesivamente de peso, que crean un efecto sicológico negativo y guiado hacia el no comer y mantenerse muy delgada.
Pero puede haber cierto remedio dependiendo de la personalidad, carácter y pensamiento de la madre antes de quedar en embarazo, y si son obsesivas, depresivas y se angustian por su peso, su contextura, su forma de alimentación o de restricción de algunos alimentos, probablemente, durante el embarazo será complejo evitar que no caigan en un estado cerca a la anorexia, sin que les importe su bienestar o el de su bebé. Por otra parte, están las mujeres que caen solas en este problema, todo por el miedo de no hablar con quienes las rodean, con algún familiar, el padre de bebe o un medico y exponer sus ideas acerca del aumento de peso, pues es posible que si obtengan algún tipo de guía en la forma correcta de alimentarse y no vomitar lo que se consume o negarse a todo tipo de alimento.
Es entendible que no todos los cuerpos sufren el mismo cambio y así como unas suben pocos kilos y no se les nota algún gordito o conejito porque su contextura es muy delgada, hay otras que tienden a ser grandes y anchas y es mas fácil que se les note el aumento de peso en el rostro, los brazos, el busto, el derrier o las piernas. Las consecuencias de este tipo de acciones son graves y las peores involucran al bebé, pues pueden nacer con bajo peso, con un retraso mental, sicomotor y/o cognitivo, alterar el desarrollo de alguna de las partes del cuerpito del pequeño o incluso una muerte durante el parto.