Esta enfermedad viene provocada por un virus al que se encuentran expuestos la mayor parte de los niños mientras están creciendo. Los síntomas son muy parecidos a los de la gripe, pero suelen remitir de manera espontánea a las pocas semanas con reposo y con medicamentos.
Síntomas de la mononucleosis
Si el niño es pequeño o se encuentra lactando, al ser infectado por este virus, lo normal es que presente síntomas muy leves e incluso ningún síntoma. Los adolescentes y las personas adultas son los que desarrollan mononucleosis al ser infectados.
Esta enfermedad resulta peculiar ya que su forma de contagio es a través de la saliva, por eso también es conocida como la enfermedad del beso, pudiendo ser contagiada no solamente por el contacto de la boca, sino también por la tos o por estornudos.
Los síntomas que presenta la mononuclesois a menudo son confundidos con los de la faringitis o los de la gripe, así que resulta muy conveniente acudir al pediatra si el niño presenta dolor de garganta, fiebre o si sus ganglios linfáticos se encuentran inflamados, unido todo esto a una debilidad persistente y sin explicación.
Lo más probable es que el pediatra pida unos análisis de sangre para poder diagnosticar esta enfermedad de una manera definitiva, ya que como hemos comentado, pueden presentar síntomas que se pueden llegar a confundir con otro tipo de enfermedades.
Cómo tratar esta la «enfermedad del beso»
El mejor tratamiento para luchar contra la mononucleosis o enfermedad del beso, es mucho reposo, sobre todo cuando comienza la enfermedad que es cuando los síntomas son mucho más intensos. El ibuprofeno o el paracetamol son los medicamentos perfectos para lograr bajar la temperatura del cuerpo así como para calmar el dolor de los músculos, algo muy común en este caso. No hay que olvidar nuca que cualquier medicamento que tenga ácido acetilsalicítico, como la aspirina no debe suministrarse nunca a un niño que tenga una enfermedad de origen vírico, ya que su uso se ha demostrado que está asociado con el conocido como el síndrome de Reye, síndrome que puede llegar a provocar una insuficiencia del hígado.
Cunado un niño ha padecido mononucleosis, los pediatras van a aconsejar siempre que no participe en las actividades deportivas con otros niños por lo menos durante un mes después de la remisión de los síntomas, ya que es posible que aún tenga su bazo engrosado. Y es que cuando debido a la mononucleosis el bajo aumenta el volumen, puede llegar a romperse fácilmente, provocando fiebre, hemorragias y dolor en el abdomen, lo que precisaría una cirugía de urgencia.
En la mayor parte de los casos, los síntomas producidos por esta enfermedad remiten de una manera espontánea en cuestión de pocas semanas con abundantes líquidos y con reposo. Si los síntomas no remiten o se tiene alguna duda, o solamente le preocupa el estado de salud del niño ya que se cree que no mejora al ritmo que debería hacerlo, se debe acudir al pediatra de urgencias o al hospital.