Tanto el estado de salud del feto durante todo el embarazo, como en el momento del parto es lo prioritario para los padres así como para los profesionales. Una de las técnicas que ayuda a medir el bienestar del bebé es la monitorización fetal. Vamos a resolver algunas de las cuestiones más frecuentes que los padres se suelen plantear sobre esta técnica.
La monitorización durante el embarazo
Antes del parto y si todo trascurre con normalidad, suele emplearse la monitorización en las últimas semanas del embarazo para medir y observar el bienestar fetal. Normalmente se suele realizar a partir de la semana número cuarenta que es la fecha probable del parto. De esta manera se mide cómo se encuentra el útero de la mamá y el bienestar del feto durante este tramo último de la gestación.
De igual manera se utiliza la monitorización en caso de existir la posibilidad de un parto pretérmino, es decir, cuando la gestante a partir de la semana número veinticinco del embarazo llega a urgencias con contracciones. En estos casos se somete a la mujer a los monitores para comprobar si tiene contracciones propias del parto.
Otra de las situaciones en las que se suele monitorizar a la futura mamá es cuando hay un descenso brusco de movimiento fetal o incluso su inexistencia. Durante las últimas semanas es normal que los movimientos del feto se reduzcan ya que tiene en el útero menos espacio, pero es muy importante observar si sigue existiendo dicho movimiento que debe realizarse al menos dos veces al día. Para que el bebé se pueda mover se aconseja a la madre que se coloque tumbada sobre el lado izquierdo. Otra de las opciones es tomar algún alimento que logre estimular al bebé como chocolate por ejemplo. Si el bebé no se mueve en ningún caso, se aconseja acudir al hospital para comprobar que no haya ningún problema.
En todos los casos se suele realizar la monitorización externa. Los expertos dicen que con un registro de unos veinte o treinta minutos es más que suficiente para comprobar la reactividad y las aceleraciones en la frecuencia del corazón del feto.
La monitorización durante el parto
Hace ya más de cuarenta años que apareció el monitor o cardiotocógrafo pero su empleo de una manera generalizada en los partos es de una manera relativa, frecuente. Según la OMS, (Organización Mundial de la Salud), no existe una evidencia científica de mejorar los resultados del parto, pero sí que resulta de una gran ayuda para los profesionales ya que les ayuda a orientarse sobre cómo va desarrollándose el proceso.
Al llegar el parto, la monitorización puede ponerse en cualquier momento. Por lo general, el uso de dicho aparato dependerá de cada hospital. En algunos centros su protocolo incluye colocar dicho monitos desde el comienzo del parto hasta el final, pero la evidencia científica aconseja ir realizando registros ventana, o sea, poner el monitor de una manera periódico, siempre y cuando el patrón vaya siendo el correcto y el parto vaya evolucionando tal y como debe.