El mindfulness es una técnica ideal para aplicar a los niños, ya que les va ayudar a desarrollar su atención plena del aquí y ahora, y a contribuir por tanto, a construir sus bases de inteligencia emocional.
Además ayuda a controlar los problemas de conducta como por ejemplo el trastorno de déficit atencional o la impulsividad, de esta manera van a aprender a reflexionar antes de hacer nada y a pensar en las posibles consecuencias que pueden traer sus actos.
Técnicas de aprendizajes para los niños
Con las técnicas utilizadas para el mindfulness infantil, la claridad mental y emocional es bastante mayor, algo que ayuda al desarrollo cognitivo y a la inteligencia emocional de los pequeños. Algunas de ellas son las siguientes:
Atención al sonido. Se lleva a cabo mediante juegos como el de la caja de música, la cual tiene que ser escondida en algún sitio para que el pequeño pueda encontrarla gracias al sonido que esta emita. Tiene que escuchar atentamente y cuando el sonido desaparezca por completo, tiene que levantar las manos, momento en el que tendrá que identificar donde se encuentra la caja. Con esta técnica los pequeños aprenden a identificar los sonidos y a mejorar su atención auditiva, además por supuesto, de tomar conciencia del momento que viven.
El silencio consciente. Esta actividad es perfecta para compartir con los pequeños desde una actitud consciente y presente y desde el silencio que implica resolver un crucigrama o montar un rompecabezas. De esta manera se presta atención plena a lo que se está haciendo además de impulsar el desarrollo de sus habilidades cognitivas, algo que va inherente a dichas actividades.
La respiración controlada. Esta técnica consiste en sentar al pequeño en un lugar específico y pedirle después que respire de una manera pausada observando como su abdomen se va inflando y se hunde. Cuando esté bien calmando hay que pedirle que observe y describa algunos de los objetos que se encuentran a su alrededor. Si se realiza este ejercicio antes de comer o de irse a la cama, se reforzará la atención y el buen ánimo.
Desarrollar la introspección. Sentados de la manera más cómoda posible, pide el niño que cierre durante unos minutos sus ojos y después que describa cómo se encuentra en ese momento, y sea cual sea su respuesta, hay que indicarle que es normal.
Después hay que pedirle que observe el ambiente para que describa lo que ve, cómo por ejemplo de qué color es el sol, si va a llover, etc. Hay que aclararle que en cualquier otro momento del día esa condición puede cambiar, pero ahora es como está y que está bien.
A continuación explícale que al igual que cambia el ambiente, los estados de ánimo también lo van haciendo y por tanto hay que aceptarlos. Con esta técnica aprenderá a aplicar la introspección y a identificar los estados de ánimo que a lo largo de toda su vida, va a ir experimentando.