En algunos países el Halloween es una fecha especial para los niños porque se disfrazan y salen a pedir dulces, entonces es un día esperado para salir a divertirse en compañia de otros pequeños y sus padres. Pero ara otros pequeños, es un día que les provoca todos los miedos y no saben como afrontarlo. A pesar de que muchos niños se emocionen con la llegada de esta fecha, a otros les produce un miedo tétrico y no quieren ni asomarse a la ventana de solo pensar que este día solo tiene que ver con fantasmas, brujas, calaveras y otros personajes que les producen mucho terror.
Según los psicólogos este tipo de emoción se define como una perturbación emocional que crea una angustia y altera el ánimo porque creen que algo que habita en sus mentes es real y les va a hacer daño. El objetivo de los profesionales es ayudarlos a superar estos miedos, para que poco a poco encuentren una motivación para divertirse en este día. Tal vez en los disfraces puedan encontrar una solución a sus miedos y es que no tiene que relacionarse necesariamente con algo terrorífico u oscuro, sino con personajes infantiles, encuentros entre pequeños de la misma edad y sobre todo, la recolección de dulces y golosinas.
Para los niños que sufren de este tipo de trastorno, es terrible ver un personaje disfrazado de algo que le cause miedo, porque es enfrentarse de frente con sus pesadillas y que no pueda huir, sino solo para ponerse a llorar y refugiarse en los brazos de sus padres, quienes desconcertados, no saben como manejar el miedo de los pequeños y mucho menos como calmarlos y hacer que se divierta. Algo que puede llegar a influenciarlos de manera muy grave es dejarlos ver películas de terror, porque a su corta edad no pueden comprender que es ficción y que nada de eso ocurre, y si a las personas adultas les produce miedo, con mayor razón a los niños. Tampoco hay que dejarlos ver imágenes en internet o que lean u ojeen libros que traten temas oscuros o que alimenten esos miedos, porque a pesar de que saben que temen a algo, el morbo humano los lleva a que sigan viendo y se asusten más.
A medida que vayan creciendo será más fácil explicarles las diferencias entre lo real y lo fantasioso, pero desde pequeños es mejor evitar que tenga contacto con ese mundo de “terror” que puede provocarles traumas inmediatos o a largo plazo. Una vez que sufran de este malestar psicológico, es bueno buscar ayuda profesional y que desde allí lo enseñen a afrontar ese miedo, superarlo y de nuevo entregarse a unas festividades de Halloween sanas y alegres.