Cada mes que va pasando, un bebé incorpora a su alimentación sabrosos y nuevos ingredientes, y estos suelen aparecer en torno a los ocho meses de su vida. A partir de esta edad, se va ampliando su abanico además de las carnes magras y de las verduras, apareciendo, por ejemplo los huevos, un trozo de pan sin migas para que lo vaya chupando, y más variedad de frutas.
A partir de los ocho meses
Aunque el pediatra es quien va a proponer la pauta de alimentación que corresponde a tu hijo según su desarrollo, lo más probable es que a la hora del desayuno tenga que tomar el pecho, si todavía le estás dando lactancia materna, o un biberón de leche especial de crecimiento, junto con cereales con gluten.
A la hora del almuerzo, tomará un puré de verduras con algo de carne como pollo, pavo o ternera, o una yema de huevo bien revuelto o duro, o incluso un trozo pequeño de tofu. En el caso del huevo hay que esperar a que cumpla el año de vida ya que ésta cuenta con un alto poder alergénico. Se puede terminar la comida con un yogur o una compota para bebés o un poco de leche.
Para merendar seguramente te aconsejen una papilla de furas con unas galletas especiales para bebé. También puedes ofrecerle un zumo de naranja, rebajado con un poco de agua. Si le vas a dar uvas, debes quitar las pepitas y la piel y machacarlas bien. Se deben evitar frutas como fresas, melocotones, frutas tropicales, melón o albaricoques, ya que son las más alergénicas.
Para cenar una toma de la leche materna, en caso de que la siga tomando, una papilla de cereales con leche.
A partir de los 12 meses
Cuando tu bebé cumpla un año, ya va a comer de casi todo, pudiendo adaptar la comida de toda la familia para él. El pediatra te indicará que ya puedes darle un huevo entero, así como pescado azul, lomo de cero y carnes más grasas como la de vaca, de cordero o jamón serrano. También le puedes ofrecer un poco de bechamel y croquetas de vez en cuando.
Ahora las frutas más alergénicas mencionadas anteriormente no deberían ya causarles problemas, pero si existen antecedentes de casos de alergia dentro de tu familia, lo mejor es estar muy atentos, especialmente con la fruta roja. También puede comenzar a tomar alimentos crudos en una ensalada como lechuga, tomates, zanahoria rallada o aguacate. Comienza con cantidades pequeñas y tampoco insistas si ves que no le gustan, ya se irá acostumbrando.
La comida prepárasela con poco aceite y siempre de oliva, controlándole, como siempre, el azúcar y la sal. Pásala por un pasapurés siempre y evita alimentos que contenga demasiados nitratos, como los nabos, las alcachofas, las coles o las espinacas, hasta que tenga dos años. Para esta edad deja también los embutidos, los fritos, los mariscos y cualquier alimento que sea muy grasiento o azucarado. Tampoco tienen que tomar bebidas con azúcar o con gas.
Su menú tiene que ser equilibrado durante todo el día, es decir, si le has dado pescado a la hora de comer, a la hora de cenar ofrécele por ejemplo un huevo. La fruta tiene que estar presente como mínimo en dos de las cuatro comidas y la leche debe continuar siendo su alimento estrella, tomando medio litro de la misma cada día.
Con todo esto su menú podría parecerse a tomar en el desayuno una toma de leche materna o un biberón de leche con cereales. A la hora del almuerzo se le puede ofrecer un puré o un poco de arroz o pasta con un pescado bien aplastado. También se le puede dar un poco de carne picada bien mezclada con el puré. Como postre un yogur o una fruta machacada.
Para merendar unos trozos de queso con un poco de pan, un yogur, una papilla de frutas con galleta o un batido. Para cenar unos guisantes con jamón, una sopa de estrellas, una tortilla o un poco de pescado con un poco de puré. Otra opción es darle un poco de pasta o de arroz con salsa de tomate o unas croquetas. Para finalizar un biberón o una toma de leche.