Más del 4% de la población española cuenta con un exceso de colesterol que resulta perjudicial para la salud y que supone un gran factor de riesgo en el momento de sufrir trastornos de tipo cardiovasculares. Con una dieta adecuada y un poco de ejercicio físico conseguiremos controlar este tipo de problema.
Razones para mantener el colesterol bajo
Mantener en su justo nivel los niveles de colesterol nos puede prevenir a la hora de sufrir cualquier tipo de trastorno de tipo cardiovascular como un infarto de miocardio o un ictus cerebral, por lo que es sumamente importante hacer todo lo posible para mantener el colesterol a raya.
Este componente es imprescindible para nuestro organismo ya que a partir de él se crean las hormonas sexuales y las membranas existentes en las células y aunque buena parte del colesterol es formado por nuestro propio hígado que es el encargado de generarlo y de eliminarlo, la mayoría del colesterol nos llega a través de los alimentos que son ricos en grasas como los lácteos, las carnes o los huevos.
El problema aparece cuando existe más colesterol del que nuestro cuerpo necesita en cuyo caso, la cantidad que sobra se deposita en las arterias lo que hace que se estrechen y por tanto dificultar la circulación sanguínea. Es en este momento cuando nuestra salud se pone en un gran peligro ya que si se afectan las arterias coronarias, se puede interrumpir la sangre que llega al corazón y sufrirse un infarto. Si por el contrario se trata de las arterias que se encargan de suministrar sangre al cerebro, hablaremos de un ictus.
En cualquier caso hay que tener en cuenta que existen dos tipos distintos de colesterol, el colesterol “malo” o LDL que es el que favorece la aparición de esas placas en las arterias y el HDL o colesterol “bueno” que es el que ayuda a disolverlas.
Factores a tener en cuenta para controlar el colesterol
Una persona debe comenzar a cuidar su colesterol si sus cifras totales superan los 200 mg/dl y es en este momento cuando tenemos que comenzar a cambiar nuestros hábitos como por ejemplo nuestra dieta. En ella debemos descartar las grasas perjudiciales para nuestro organismo que contribuyen a elevar el nivel de colesterol “malo” como la carne roja, los embutidos, los lácteos enteros, los precocinados, la bollería industrial o las yemas de huevo, entre otros. En cambio podemos aumentar el consumo de grasas beneficiosas que nos ayudan a elevar el nivel de colesterol “bueno” como el pescado azul, los frutos secos, los aceites vegetales, la soja, etc.
Combatir el sedentarismo practicando algo de ejercicio de una manera regular, reduce hasta en un 7% el riesgo de sufrir un ataque al corazón. Caminar, correr, nadar o cualquier tipo de actividad que se decida hacer, debe realizarse durante media hora al menos tres veces por semana para que surta los resultados esperados.
El tejido de grasa que se acumula en nuestro organismo puede transformarse muy rápidamente en triglicéridos en el momento en que se tienen unos kilos de más y éstos son un tipo de lípidos que se llegan a reducir los niveles del HDL por lo que evitar el sobrepeso también es muy importante a la hora de reducir el colesterol y por supuesto dejar de fumar y no abusar de el alcohol, ya que el primero reduce los niveles del colesterol “bueno” y el segundo aumenta los del “malo”.