Es normal que cualquier bebé expulse un pequeño sorbo de leche cortada después de sus tomas o cuando echen un eructo por lo que no hay que preocuparse. Pero si ya regurgitan demasiado, se pueden tomar una serie de medidas muy sencillas para hacer que disminuya la cantidad.
¿Por qué regurgitan?
La mayoría de las veces los bebés regurgitan al haber comido más cantidad delo que coge en su estómago pequeño, por eso es normal que las regurgitaciones salgan cuando éstos echan el aire.
¿Son peligrosas o molestas las regurgitaciones?
No son peligrosas para el bebé ni causan tos ni malestar. Tampoco existe riesgo de que se asfixien cuando regurgitan estando tumbados. El mayor y único inconveniente es que manchen su ropa o la de su mamá, por lo que es normal que éstas se coloquen una toalla sobre el hombre cuando ponen a eructar a su bebé.
¿Es completamente normal que el bebé regurgite en cada una de las tomas?
Durante las primeras semanas de vida del bebé es habitual que regurgiten después de cada una de las tomas, especialmente durante la hora siguiente. Alrededor de los seis meses, cuando ya comienza a estar sentado, la frecuencia de dichas regurgitaciones suele disminuir considerablemente y hacia los doce meses, o incluso un poco antes, dejar de hacerlo.
¿Qué sucede si el bebé regurgita muchas veces a lo largo de cada día?
Son muchos los bebés que regurgitan después de sus tomas por tener reflujo gastroesofágico. El esfínter esofágico, es decir, el músculo que une el estómago y el esófago, se relaja o no se cierra bien por lo que deja salir una pequeña parte del contenido que se encuentra en el estómago. Si este trastorno es leve, se logrará corregir de una manera espontánea según el músculo va madurando.
¿Se pueden prevenir las regurgitaciones?
Resulta imposible evitar que un bebé regurgite pero existen algunos trucos para lograr disminuir la frecuencia de éstas y la cantidad de dichas regurgitaciones, especialmente cuando son llamativas. La gran parte de los bebés no regurgitan demasiado por lo que no será necesario ponerlo en práctica.
Es fundamental darle cada una de las tomas antes de que se encuentre demasiado hambriento, así como hacerlo con calma, intentando evitar distracciones, ruidos bruscos e interrupciones.
Si el bebé toma el biberón se le debe poner a eructar cada cinco minutos o incluso un par menos durante la toma y si se le da el pecho y la postura es la correcta, no será necesario parar porque el pecho de la madre no contiene aire. Evitar darle la toma acostado. En caso de darle el biberón hay que procurar que la tetina cuente con el agujero indicado, es decir, ni muy pequeño ni muy grande ya que la leche debe fluir fácilmente pero nunca en exceso. Para saber cuál es el tamaño adecuado del agujero, habrá que poner en vertical el agujero y boca abajo. Si es así saldrán solamente unas pocas gotas de una manera seguida. Si lo que sale es un chorro continuo, es que es demasiado grande el agujero.