La lactancia es un proceso importante para cualquier madre e hijo, pero a veces por falta de amor o de ganas, algunas chicas dejan de lado esta importante tarea, sabiendo que no hay impedimento para que den pecho a sus pequeños. Siempre se ha dicho que la lactancia es un proceso importante para una madre y para el recién nacido, por lo menos durante el primer año de vida, porque además de que se establecen patrones de nutrición importantes para el desarrollo del bebé, es el refuerzo del lazo madre e hijo. Pero hay una diferencia entre las que no quieren y las que no pueden.
En el primer caso se evidencia un comportamiento de apatía por el bebé, de preocuparse más por el cuerpo y de expulsar la leche de manera natural y depositarla en un biberón. A veces lo presentan más las madres muy jóvenes, porque tienen miedo y prefieren no hacerlo. Puede haber razones un poco relacionadas con aspectos sicológicos, por ejemplo, porque una madre sienta que no produce suficiente leche o que la que hay es de mala calidad y no es buena darla a su hijo. En la mayoría de los casos se puede presentar por episodios de depresión post parto y ligado más a un factor estético, dicen que se sienten mal, que su cuerpo está deforme y que si le da de comer de esa manera a su hijo, sus senos probablemente se caerán y no serán tan bellas como antes.
Por otro lado están las madres que no pueden, por recomendación médica son inhabilitadas para no dar de comer a sus hijos de la manera tradicional. Esto pasa por que hay presencia de fuertes gripes o resfriados, por diarreas o alergias graves, incluso cuando la madre esta tan débil o tiene problemas de salud relacionados con anemia, hepatitis, hipertensión u osteoporosis.
Algunos accidentes comunes, hacen que las chicas empiecen a temer a la hora de dar pecho a sus pequeños, y es que cuando un bebé no sabe succionar o porque hay una mala posición del pecho, frecuentemente se presentan irritaciones, agrietamientos, sangrados o salida de agua sangre, incluso infecciones si no hay control, acompañado de malos olores por descomposición de la leche. La recuperación suele ser muy lenta porque la zona siempre se encuentra bastante húmeda y por lo general bajo estas circunstancias, es poco probable que una madre supere los 6 meses de lactancia y tenga que recurrir a métodos alternos. Las últimas situaciones pero poco frecuentes, tienen que ver con los bebés que son alérgicos a la leche materna, entonces no pueden ser alimentados por medio del pecho, sino que se hacen preparaciones especiales y que se dan con ayuda de un tetero.