Aprender a proteger a nuestros hijos del invierno, es parte fundamental para evitar enfermedades respiratorias graves.
El invierno siempre llega cargado de frío, y es habitual que nuestros hijos sufran sus efectos. Protegerles del frío es muy importante para evitar que cojan resfriados, o se inflamen sus anginas o pasen por una gripe. Debemos reforzar sus defensas y las medidas que tomamos para evitar que tengan catarros.
Es importante evitar los lugares cerrados y con mucha aglomeración de gente, ya que estos sitios son un excelente caldo de cultivo de gérmenes, al contrario de lo que se cree, un ambiente cargado y cerrado es más peligroso que estar al aire libre bien abrigado. En países fríos los niños pasan tiempo jugando en la calle, y se hacen más resistentes al frío.
A la hora de salir a la calle hay que tener en cuenta el tiempo que hace y pensar cómo protegerles, el gorro, la bufanda y los guantes son imprescindibles en un niño en invierno. A ellos generalmente no les gusta ir abrigados porque les da menos libertad y tienden a quitarse las prendas de abrigo. No es necesario excederse ya que los cambios bruscos de temperatura son los peores enemigos de un niño, podría resfriarse más pronto aún. Actualmente existen prendas ligeras de forro polar con las que el niño puede ir abrigado cómodamente.
Lo que más hay que abrigar es la zona de la boca y la nariz, por aquí es donde habitualmente entran los catarros, enfriamientos, anginas… Otra zona importante son los pies: en invierno es conveniente utilizar calcetines de lana y llevar el calzado adecuado. Sobre todos los días de lluvia, para prevenir enfriamientos por los pies. Los niños generalmente no tienen cuidado de evitar los charcos, la nieve y no se dan cuenta, si han estado jugando, que deben cambiarse por prendas secas, ellos están pendientes de sus juegos y al dejarlos no son conscientes de las repercusiones de tener los pies mojados, o la ropa húmeda, sin embargo esto es una fuente de posteriores problemas. Esto es una fuente de enfriamientos habitual.
Nunca debemos descuidar la hidratación, el niño debe tomar suficiente agua o incluso zumos de frutas, para mantener una correcta hidratación, la mejor forma de combatir las fiebres y los resfriados, es estar hidratado. Si los adquieren también es la mejor forma de eliminarlos. Es bueno que les habituemos desde pequeños a beber con frecuencia. Esta será una forma de prevenir muchas enfermedades y de eliminarlas.