Todos los niños hacen dibujos y sólo cuando alcanzan una cierta edad la preocupación por no hacerlos como ellos quieren puede llegar a desanimarles. Los padres son los encargados de estimularles en esta labor que tanto contribuye en su desarrollo.
Aprender a dibujar
Además de una destreza natural, dibujar requiere un cierto aprendizaje que sirve como base para otros tipos de aprendizajes. Es decir, de igual manera que se necesita tener un cierto dominio de la motricidad para empezar a dibujar, este mismo ejercicio del dibujo potencia y estimula la motricidad fina siendo ésta la base para empezar a recortar, a escribir, etc.
Lógicamente no todos los niños tienen la misma capacidad y habilidad a la hora de dibujar. Mientras que algunos lo hacen con mucha soltura, otros tienen más dificultades lo que puede llevarles a decir que no saben dibujar o que no quieren hacerlo. Por eso es muy importante que los mayores favorezcan y alienten el dibujo como una actividad que provoca diversión sin entrar en ningún momento a valorar la calidad del dibujo.
Diferentes etapas en la evolución del dibujo
A partir de los dieciocho meses es cuando suelen hacerse los primeros pinitos en la pintura, dando lugar a lo que conocemos como garabatos. Estos trazos que son fruto de la motricidad y que no tienen ningún tipo de parecido con la realidad, facilitan la coordinación del movimiento con la vista.
Entre los dos y los tres años de edad, los niños intentan representar todo lo que ven a su alrededor, las personas, las casas, los árboles, etc. e intentan que su dibujo los reproduzca con la máxima fidelidad.
A partir de los tres años ya pueden expresar lo que van a dibujar antes de hacerlo. Abandonan el garabato y a través de sus dibujos se inventan historias convirtiendo enana verdadera aventura la pintura.
A los cinco y seis años de edad sus dibujos siguen siendo simples pero cada vez representan más cosas en las hojas que utilizan.
Después de los ocho años sus dibujos ya no expresan su realidad solamente sino también su fantasía. En esta etapa suelen ser más autocríticos y es cuando muchos quieren dejar de dibujar porque se consideran poco habilidosos.
Señales de alerta en sus dibujos
Si el niño realiza dibujos muy pequeños, tiene tendencia a hacerlos en una esquina de la hoja, utiliza un trazo muy suave y usa frecuentemente la goma de borrar puede indicar que el pequeño se siente inhibido o inseguro.
Por otra parte si sus dibujos tienen muy pocos detalles, poco colorido, predominando el negro o hay muchos espacios vacíos entre los elementos, puede señalar que el niño se siente deprimido o triste.
Si continuamente dibuja personajes de terror, monstruos, objetos agresivos como espadas, pistolas o bombas y tiene una cierta tendencia a sombrear los elementos del dibujo, podríamos llegar a decir que el niño sufre de ansiedad y tensión.
En cualquiera de estos casos será necesario compartir el problema con el tutor o profesor del pequeños y si el problema persiste puede ser conveniente llevarle a un psicólogo infantil que nos de las orientaciones necesarias.