Un masaje puede aplicarse en diferentes edades y tener fines muy diversos, pero cuando se aplica en los bebés y en los niños pequeños, la finalidad principal es aumentar el vínculo emocional existente entre éstos y sus padres, ya que el contacto físico es algo indispensable para el correcto desarrollo y para el buen crecimiento de un niño.
Los beneficios del masaje
Con un masaje se consigue una estimulación temprana del sistema locomotor del bebé y por consiguiente de sus movimientos corporales, además de activar su circulación sanguínea, algo que conseguirá oxigenar perfectamente su organismo. Igualmente contribuye al bienestar del ánimo del pequeño, a tener una temprana consciencia de su propio cuerpo, a estimular su sistema psicomotor, a fortaleces sus músculos y por supuesto a relajarse.
Tipos de masaje para bebés
Entre los más aconsejables se encuentra el masaje de tipo “ala mariposa”, especialmente indicado para los recién nacidos ya que se debe realizar de una manera muy suave.
El masaje hindú está indicado para bebés que cuenten con más de cuatro meses y se aplica de una manera más rítmica y firme.
Una manera muy sencilla de relajar al bebé es masajear su cuerpecito mientras se le van contando cuentos o se le explican juegos. Es muy efectivo para que pueda desarrollar su imaginación, su atención y su creatividad. Además con él se logran desarrollar los principios más básicos del lenguaje.
Por último cabe mencionar el masaje terapéutico indicado para aquellos niños pequeños que tengan algún tipo de afección o deficiencia, por lo que siempre se recomienda la instrucción y la guía de una persona profesional.
Consejos para dar masajes a bebés
Antes de comenzar a dar un masaje a tu bebé es necesario saber la presión que debes poner en dicho masaje. Para ello puedes utilizar el truco de colocar tus dedos sobre tus párpados y masajear los ojos suavemente. Ese será el nivel de presión que debes ejercer en el cuerpo de tu hijo.
Nunca hay que dar al bebé un masaje con mal humor o con prisas ya que siempre deberán sentir tu ternura y tu paciencia, puesto que de lo contrario no resultará provechoso.
En sus zonas más pequeñitas como son los pies, las manos o las mejillas, deberás utilizar las yemas de tus dedos para ejercer presión suavemente, y en las zonas más grandes como los antebrazos, la espalda o las piernas, podrás usar a palma de la mano para masajearle. Los movimientos siempre deben ser acariciadores y lentos.
Antes de comenzar a darle el masaje sería conveniente lubricar su piel con algún tipo de aceite especial para bebés, por lo que es recomendable darle el masaje después del baño. En cualquier caso evita engrasar su piel demasiado y utilizar aceites que absorban bien como el de semilla de uva por ejemplo.
Antes de dar cada masaje lava tus manos muy bien y para que el masaje resulte perfecto puedes poner un poco de música clásica para conseguir un ambiente ideal.