Ser padres no es simplemente traer al mundo a un pequeño, pues requiere de una infinidad de tareas y responsabilidades desde que se enteran de que serán papás. También requiere una fortaleza física y emocional, para guiar a sus hijos durante su crecimiento y dejarlos independizarse cuando sea el momento. Cuando una persona va a ser padre, no cuenta con un manual de instrucciones para poder hacerlo correctamente y el estilo de vida que se adquiere es totalmente diferente al que se tenía antes. Los nuevos padres y madres experimentan muchos momentos de miedo, temor, nerviosísimo y ganas de salir corriendo. Lo peor es que así pasen los años, estos mismos sentimientos se siguen viviendo.
Cuando recién se está viviendo el embarazo, para las mujeres es realmente complicado vivir esas etapas de nauseas, pues son tan frecuentes, que las molestan. Puede que no sientan todo lo que viven otras mujeres o que las nauseas sean solo un síntoma de los muchos que pueden experimentar durante los siguientes nueve meses. Otras de las molestias que puede haber son la acidez estomacal o gastritis, el estreñimiento o alergias a ciertos productos o cosas. Quizá sea de unos cuantos días o que duren por muchos meses. La mayoría de síntomas se producen por la alteración hormonal.
Tal vez para las mujeres es un proceso más difícil, pues además del cambio de vida, tienen que entender que su cuerpo también sufrir modificaciones y que jamás volverá a ser igual después de tener al pequeño. Lo más común es que aparezcan estrías y que se aumenten algunas tallas ya sea en el sostén o en el pantalón. Por otra parte, deberán olvidarse de esas épocas en el que dormir era lo que más amaban, pues desde que están en embarazo, empiezan a sufrir alteraciones y ni se diga cuando nace el bebé. Así mismo, jamás se recupera, pues incluso siendo adolescentes o adultos, las madres temerán por cualquier cosa que les pueda pasar, y dormir tranquila, será imposible.
Otro de los grandes temores es amamantar, y aunque cuando una mujer ve que otra lo hace con mucha facilidad, cuando lo vive en carne propia es realmente doloroso y complicado. Las tardes de descanso o los espacios de receso del trabajo, son cosas que deben quedar en el olvido, pues ahora es necesario empezar a jugar, a cambiar pañales, a leer cuentos, a dar de comer o preparar compotas o papillas o incluso, a sacar algunos minutos para arrullar y dormir al bebé.
Una misión difícil cuando los hijos van creciendo, es que ambos padres deben aprender a darles su espacio, a llevarlos al jardín y dejarlos solos allí, que poco a poco vayan creciendo y que en un momento entren a la universidad, tengan pareja y sea hora de que se vayan del hogar. Tal vez, así sean grandes, los verán como ese pequeño bebé que deben cuidar y enseñar a caminar. Pero en términos generales, así hayan muchos temores y alteraciones en los hábitos de descanso y tranquilidad, ser padre siempre generará una alegría inmensa, que finalmente solo pueden describirla las madres que han tenido en las pancitas a su bebé o los padres que ven ante sus ojos a un ser delicado, inocente y amoroso.