Ser madre incluye una tarea importante: educar a su pequeña desde muy corta edad para que puedan sobrevivir ante las dificultades de la vida que poco a poco irán conociendo. En este punto conocerán las bases de su educación de su autoestima y de sus comportamientos para poder ser una excelente mujer. Es quizá uno de los más fuertes y una mujer como madre, debe tener una obligación moral de pensar cómo va a ser la educación que tendrá su hija, de que le enseñará, de cuáles serán sus guías y la forma en la que crecerá de manera segura y de cómo podrán mantener ese lazo a pesar de que pasen los años y cada quien tenga su vida.
– Lo primero que las pequeñas deben saber es a creer en sí mismas, y es que precisamente este pensamiento el que les va a permitir adaptarse a la vida humana, sobrevivir a la dificultades y jamás perder el rumbo de lo que son, de lo que hacen y de lo que quieren. También es notorio que a partir de este principio, las mujeres tendrán una excelente autoestima y podrán desarrollar su capacidad de liderazgo.
– Nunca hay que perder la humildad, es otro de los principios que deben aprender desde corta edad. Con esto recordaran siempre del lugar de donde salieron y a pesar de que lleguen muy lejos, jamás humillar a los demás, tratar de pisotearlos o pasarles por encima. Cuando una pequeña se sobreprotege, se le da todo lo que pide y jamás se le deja enfrentar un riesgo o una derrota, puede acostumbrarse a que todo sea concedido por sus padres y que sea temerosa de enfrentar las cosas por sí misma.
– Hay que tratar de crear un equilibrio entre una vida en la que se cumplan las responsabilidades, pero que no se excedan las preocupaciones, pues el organismo y la mente enfermaran y en pocos meses o años, puede volverse una mujer amargada, estresada y que solo vive llena de problemas sin tratar de ubicar una solución. Las madres deben enseñar a sus hijas a ser mujeres valientes, fuertes, con la cabeza en alto y la mejor disposición para vivir lo que se venga, sea positivo o negativo y no derrumbarse ante la primera dificultad que por lo general no es muy grave.
– Aunque también debe haber limites y parámetros para que sepan que está bien, que está mal, cuando requieren ayuda y cuando pueden hacer las cosa por sí mismas, es decir, hay casos en los que empiezan a vivir de la autosuficiencia y creen que pueden hacerlo todo y en algún momento los seres humanos necesitan de la ayuda de otros para poder salir de una dificultad o así sea para compartir sus alegrías. En sus futuros roles de madres o esposas y en los actuales de hijas o hermanas, incluso de estudiantes, deben conocer sus límites y el momento de pedir ayuda.