Tener más de un hijo puede llegar a ser preocupante para algunas parejas porque ademas de tener que asumir nuevos retos económicos, deben aprender a lidiar con la educación, la crianza, las necesidades y el tiempo para dedicar a otra personita. Dadas las circunstancias sociales y económicas actuales, muchos padres y madres con un pequeño, lo piensan dos veces antes de tener el segundo o tercero, pero sus emociones pueden ser semejantes a una montaña rusa, porque un día quieren y al otro día no, y es que influyen aspectos que facilitan tener otro bebé, pero otros tantos que recomiendan mejor no hacerlo. Todo depende de la decisión de pareja. De acuerdo a las estadísticas, a las parejas les gustaría tener de uno a dos hijos pero también entienden que ser padres no es tan fácil como se imagina con verlo desde lejos.
El cambio de la vida es total, las actividades diarias tienen que reacomodarse y es necesario empezar a enfocar el trabajo, el ahorro y los gastos en otras personas y no en los intereses propios. La paciencia que se debe tener es infinita y en realidad el desgaste es alto, pero sienten que la recompensa es ver a los pequeños crecer, sanos, educados y felices. Además con el tiempo, los pequeños empiezan a ser una necesidad y una compañía, se convierten en una motivación y a pesar de tener que estar todo el día recogiendo desorden y tratando de calmar llantos, saben que siempre encontrarán una sonrisa o un abrazo.
Un factor en contra es el dinero, las pocas mejoras que hay con respecto a los pagos laborales, el miedo que le da a un padre o una madre no tener como responder por un hijo, así que si tuviera dos, sería un completo caos. Otra de las preocupaciones es el cuidado de los niños cuando tengan que regresar al trabajo, pero para algunas parejas la solución está más cerca de lo que piensan: los abuelos. Un temor que tienen todos los papás es dejar a sus hijos en una guardaría y más cuando son muy pequeños, porque no saben cómo los cuidarán, si les dedicaran el tiempo suficiente o si tal vez se enfermaran. Por eso, tener a los abuelos como los cuidadores de los pequeños es un gran alivio, porque no habrá que pagar grandes cantidades de dinero, tendrán asegurada la alimentación y de paso un cariño inmenso. Lo que hay que tener en cuenta es que con el paso de los años, los abuelos están más mayores y cansados y si se tienen hijos después de los 40 años, es probable que sus abuelos no tengan la suficiente capacidad para responsabilizarse de un bebé.
La crianza es un proceso complicado y hay que saber que si en un inicio y para una madre primeriza se hace difícil con un hijo, con dos puede ser realmente preocupante, porque no saben como asumir tantas responsabilidades y tanto nivel de estrés. Uno de los últimos factores que se analizan y aunque suene duro, es la realidad: asumir que cuando se tienen hijos, hay que dejar de lado las comodidades y ciertos lujos, porque hay que responder por recreación, educación y salud de los hijos y es una responsabilidad y obligación.