Luego del nacimiento del bebé la elección entre la lactancia materna y la artificial es una decisión personal y también una de las primeras que deberán tomar los padres, teniendo en cuenta las ventajas y desventajas de una y otra.
Según la Academia Americana de Pediatría (AAP) y en coincidencia con otros organismos representantes de la salud es recomendable alimentar al bebé con leche materna ya que de esta forma se contribuye a que el niño posea una mejor defensa contra las infecciones, prevención de alergias y también afecciones crónicas.
Estas asociaciones también sostienen que las madres deberían dar a sus hijos recién nacidos exclusivamente leche materna y continuar haciéndolo hasta los seis meses y luego de este tiempo la mayoría de los especialistas coinciden que es saludable tanto para la madre como para el niño continuar por lo menos hasta los 12 meses.
A pesar de las grandes ventajas de este tipo de alimentación natural no siempre es posible llevarla adelante, ya que existen casos donde la decisión tiene como base criterios de estilos de vida, trabajo fuera de casa, comodidad e inclusive problemas de salud específicos o criterios médicos que no permiten llevar a cabo una alimentación materna.
En el caso de mujeres que no desean o no pueden amamantar a sus bebés tienen la opción de las leches infantiles. Se trata de fórmulas especialmente preparadas para cubrir las necesidades del niño de forma excelente, pudiéndose establecer un vínculo madre e hijo emocional igual de fuerte que el que se produce con la alimentación natural, ya que esto depende de otros factores que no necesariamente tienen que ver con la leche en sí misma. Se trata pues de una decisión totalmente personal a pesar que siempre se aconseja que la madre coloque en la balanza una cantidad de razones antes de decidirse.
Entre las ventajas de la lactancia materna es que se trata de una forma de alimentación completa para el bebé que a nivel de vínculo le transmite al pequeño una sensación de seguridad y protección, siendo además la primera experiencia de interacción con otra persona que experimenta el niño luego del parto.
Para la madre tiene también sus ventajas tanto a nivel físico como psicológico ya que esta conexión con el hijo reconfirma en la mujer su capacidad de dar vida y mantenerla a través de un alimento que de forma natural produce su propio cuerpo.
En relación al físico favorece la pérdida de peso ya que la producción de la leche implica para la madre un gasto energético de importancia y además durante este período se van consumiendo las reservas de grasa acumuladas haciendo que los kilos de más desaparezcan con mayor facilidad.
Asimismo, se han realizado diferentes estudios que dieron como resultado que aquellas mujeres que amamantaron a sus hijos tienen menos probabilidades de sufrir cáncer de mama, de ovario y útero. La recuperación tras el parto también se facilita ya que amamantar disminuye el sangrado luego de dar a luz y hace más sencilla la contracción del útero recuperando así en menos tiempo su tamaño habitual y el aumento de calcio en sangre durante este período supone una menor posibilidad de sufrir osteoporosis.
A pesar de ser la mejor opción, la lactancia materna tiene también sus retos como cierto grado de incomodidad o molestas sobre todo al principio, sumado a una buena parte de tiempo invertido así como una dedicación casi exclusiva, teniendo en cuenta que los bebés alimentados con leche materna necesitan hacerlo con mayor frecuencia que aquellos que lo hacen con leche artificial. Esto puede ser agotador para la madre hasta lograr una regularidad en el amamantamiento.
Por otra parte, las mujeres que dan el pecho no pueden someterse a dietas para adelgazar y también tienen que cuidar su dieta evitando ciertos alimentos como pescado, alcohol y café, por ejemplo ya que todo pasará al bebé a través de la leche.
Por su parte, la lactancia artificial presenta ventajas ya que las leches de fórmula son una alternativa nutritiva fabricada en condiciones de total esterilidad, reproduciendo las propiedades de la leche materna, combinando proteínas, grasas, azúcares y vitaminas.
Para la madre es mucho más cómodo en relación al tiempo que debe dedicarle a esto durante el día y sobre todo si la mujer trabaja fuera de casa y debe reintegrarse a sus labores, permitiendo también que el padre participe de la tarea de alimentar al niño formando así un vínculo importante desde el comienzo.
La leche artificial es digerida por el bebé de forma más lenta y por ello necesita alimentarse con menor frecuencia y las mujeres que opten por este tipo de alimentación deberán organizar sus horarios para la preparación de la leche, utilizar agua esterilizada para preparar la fórmula, además de esterilizar biberones y tetinas.
En relación al coste económico esta leche artificial tiene un precio relativamente elevado variando según la fórmula y marca, ya que existen leches especiales hipoalergénicas o de soja que son más caras y en ocasiones algunos bebés pueden sufrir de estreñimiento.
Foto Vía:breastfeedingchild