¿Cuales son los errores más comunes que cometemos los padres con respecto a la salud emocional de nuestros hijos? Completamos el decálogo de las actitudes que debemos evitar en su crianza, en esta segunda parte de la nota. 7. No brindar crecimiento exclusivo
Se trata de que el niño sienta que sus tiempos de crecimiento son aceptados por los padres. Es darles la libertad y confianza de crecer de acuerdo a su manera única y exclusiva, confiando en su naturaleza. Cuando el niño hace algún retroceso en su aprendizaje debemos entenderlo como parte natural y, por lo tanto, importante de ese proceso. Muchas veces tratamos de forzar el crecimiento mediante prohibiciones o creando ansiedades que son innecesarias.
8. La desautorización permanente
Esto es quitarle la libertad de ser dueños de sus emociones, deseos y pensamientos. Son incontables las formas en las que les decimos lo que deben sentir, y el mensaje que ellos reciben es que sus emociones son inadecuadas, que algo en ellos anda mal. La seguridad psicológica se resiente cuando uno no puede sentir o pensar libremente y hacerse dueño de eso que le pasa. A diferencia del hacer, donde la libertad si debe ser restringida. Respetar las emociones es respetar la integridad y consistencia de esta persona en formación. Muchas veces tratamos de programarles emociones a los niños exigiéndoles que acomoden sus sentimientos a los nuestros y enojándonos cuando esto no ocurre. El respeto por la diferencia prueba nuestro real interés por el niño como persona.
9. No empatizar
Empatizar tiene que ver con la capacidad de mirar las cosas desde el lugar del otro. Cada ser humano tiene su propia manera de organizar la experiencia y esta originalidad debe ser conocida y respetada por los padres. De esta forma podemos decir que realmente conocemos a nuestro hijo ya que conocemos su mundo interno. En verdad, poco y nada sabré de él si no me tomo el trabajo de ponerme en sus zapatos. Conocer sin juzgar genera la posibilidad de brindarle específicamente lo que necesita. Alimenta la comunicación libre y espontanea, lo hace excelente comunicador, incrementa la intimidad, genera que cobre sentido su comportamiento y elimina la soledad. La empatía es una poderosa prueba de amor y respeto profundo a su integridad y especificidad como persona.
10. No demostrar nuestro aprecio
¿Cómo nos sentiríamos frente a cada situación si de antemano el otro me demostrara cuanto me aprecia y cuan importante y valioso soy para él, y me tratara con el respeto y la cortesía acordes? Esa actitud sacaría lo mejor de mí, me predispondría de la mejor manera. Esto me ocurriría si lo hace un desconocido pero, si además es una persona a la que quiero y respeto, eso me haría sentir muy bien acerca de mi misma. Pensemos entonces en el efecto que podría causar en un niño que la persona mas amada e idealizada, de la cual depende para vivir, lo trate de esta forma.
Muchas veces y, por mas que sean lo mas importante del mundo, tratamos a los niños no solo sin demostración del amor que les tenemos, sino como si fueran ciudadanos de segunda. No los tenemos en cuenta, no los escuchamos, minimizamos temas que para ellos son importantes, los avergonzamos frente a otros, los juzgamos. El punto es no hacerle al niño lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros.
Los si y los no
SI
– Alentar a nuevos desafíos, poniendo en cuestión estructuras y logros anteriores.
– Acompañar de cerca este proceso de aprendizaje y crecimiento permanente.
Valorar el esfuerzo y el camino realizado y no solo el resultado. Festejar cada logro.
– Sugerir maneras efectivas de enfrentar situaciones.
– Dar lugar a que generen sus propios recursos.
– Permitir el ensayo y error.
– Considerar el error como un paso del proceso.
– Generar situaciones de intercambio y enriquecimiento mutuo. Brindarle espacio a su opinión y palabra.
– A que los hijos cuenten con sus padres.
NO
– Alimentar la pasividad y/o el uso de los mismos recursos.
– Dejarlos solos frente a nuevos desafíos.
– Desatender sus necesidades e inquietudes.
– A la indiferencia frente a resultados no tan exitosos o al proceso en si mismo.
– Indicar la modalidad de acción cada vez.
– Castigar emocionalmente frente al error.
– A maneras autoritarias de comunicarse.
– A cualquier tipo de descalificación.