¿Cuales son los errores más comunes que cometemos los padres con respecto a la salud emocional de nuestros hijos? Las respuestas y los consejos de los especialistas. Que mejor que brindarles a nuestros hijos una fuerte consistencia interna basada en una autoestima real, un sentimiento de seguridad profundo y arraigado, y la capacidad de generar vínculos amorosos fuertes y duraderos.
Observemos estos 10 errores que por ser comunes no son tornados en cuenta, pero que dejan marcas poco deseables en el aparato psíquico de las personas.
1. Comparar
La comparación es una puñalada a la autoestima de cualquier persona y, mucho más, a la de un niño. Siempre tenemos que ser parecidos o diferentes de alguien, pero nunca simplemente ser uno mismo. Cuando se compara se generaliza y no se tiene en cuenta la especificidad del otro. El que de esa comparación sale perdedor, no solo queda en falta sino que también queda solo. La comparación siempre excluye algo y el camino mas funcional no es excluir sino aceptar. Aceptando sumamos, unimos y miramos de forma mas completa y realista. Vivir en un ambiente donde se sienten emociones negativas hacia uno mismo o hacia otros, como la culpa por no alcanzar una meta o el rechazo porque simplemente algo no me gusta, no aporta nada al crecimiento y al desarrollo del niño.
2. Juzgar
Cuando juzgamos estamos definiendo la imagen del niño, que esta en formación. Su seguridad y su auto respeto dependen de esa imagen. Cuando juzgamos negativamente, castigamos, avergonzamos y disminuimos, abusamos de nuestro poder como adultos. Con este trato el niño no se sentirá amado sino atacado y levantará defensas que obstaculizaran la fluidez que debiera tener el vinculo. Es bueno hacerle saber cuando algo de lo que hace no nos gusta y expresar nuestros sentimientos reales abiertamente, pero no hace falta agregar que es un mal educado, inoperante, agresivo, etc. Tengamos en cuenta además que ni él ni nadie es sólo lo que hace.
3. Mentir
Ataca directamente la confianza básica y, como consecuencia, hace que desconfíe de su percepción, crea desconfianza interna o desconfianza en el otro. La mentira confunde en el mejor de los casos y enloquece en el peor. Los chicos deben ser criados en un ambiente verdadero, autentico, que brinde confianza y seguridad. En el que las cosas se expresen, tal vez acomodando las palabras o simplificando situaciones, pero sin falsear. La confianza es el sentimiento por y con el cual uno puede tomar riesgos y crecer en la vida.
4. Estar y no estar
Los chicos necesitan enormes dosis de atención pero no de cualquier tipo, sino de la verdadera. Para que se sientan realmente amados, ellos requieren de encuentros auténticos en el aquí y ahora. “Si yo estoy con la computadora mientras él juega, puedo sentir que estoy con él pero él puede sentir que no estuve, por lo menos de la manera que necesita que yo este”. Él siente que estoy cuando comparto sus actividades de manera interesada, disfrutando junto con é de ese encuentro. Esto es calidad de tiempo en lugar de cantidad. Generar un hábito de este tipo de encuentros con nuestro hijo es extremadamente importante para que sienta que es amado.
5. Reprimir sus emociones
Cuando no aceptamos los sentimientos del niño lo dejamos solo con sus emociones. Él debe sentir que le son propias, que tiene derecho a sentirlas. De lo contrario, intentara reprimir o disfrazar lo que siente. Estas emociones reprimidas no desaparecen, sino que quedan suspendidas como telón de fondo. Afectaran su cuerpo en forma de energía reprimida, su intelecto en forma de cogniciones distorsionadas, su emocionalidad y sus actos. Lo que necesitamos hacer con ellas es aceptarlas para poder entender que nos dicen. Las emociones del niño solo deben ser limitadas en cuanto a con quien, cuando y donde se expresen, pero no en si mismas.
6. Coartar el aprendizaje
El niño es un explorador nato y los padres tenemos mucho que aportar para que este recurso se desarrolle. Sabemos que un buen crecimiento intelectual esta íntimamente relacionado con un optimo crecimiento emocional. Como consecuencia, el niño no va a aprender si no hay un ambiente emocional adecuado para hacerlo, si no hay un clima que lo habilite a investigar. Si cada vez que pregunta, respondemos con pocas ganas, cada vez que toca algo se lo sacamos diciéndole que esta sucio, si hacemos las cosas por él porque lo resolvemos más rápido y mejor, entonces aprende que curiosear crea problemas y comienza a desestimar su impulso explorador. Debemos fomentar la necesidad de investigar y la curiosidad de los chicos. Cuanta más experiencia hagan, mas conocedores serán de su mundo, lo que aumentará su seguridad y confianza. Dentro de límites seguros los niños deberían interactuar sin interferencia con el mundo.