Durante los primeros tres años de la vida de un niño, lo que coma va a determinar su salud cuando sea adulto. Y es que tanto la alimentación que lleve la madre durante el período de gestación como los excesos o déficits nutricionales que tenga el niño durante sus primeros años de vida, van a dejar una huella metabólica que tendrá efectos en su salud tanto a corto, como a medio y largo plazo.
La carne
Es muy habitual oir por ejemplo «cómete el filete y deja las patatas», pensando que el trozo de carne hará que el niño crezca sano. Y es por ello también que se les suele dar carne a diario así como embutido en la merienda, una tortilla para cenar, etc. Pues bien, la consecuencia de esta excesiva ingesta de proteínas ha hecho que los niños lleguen a consumir el doble de las recomendadas, lo que se traduce en kilos de más.
Por eso es recomendable confeccionar un menú para el niño en el que esté garantizado un aporte adecuado de calorías a través de hidratos como el arroz, el pan, la pasta o los cereales y una vez se tenga la energía asegurada, llegará el momento de incluir las proteínas. Eso sí, destacando las más beneficiosas como las legumbres, los pescados, las carnes blancas y las aves, y moderando el resto.
Ejemplo de menú para un niño de un año
El lunes a la hora de desayunar se le puede ofrecer un vaso de leche con cereales integrales o de avena y una loncha de pavo. A la hora de comer una ensalada de lechuga, zanahoria rallada, tomate y cebolla y un pescado a la plancha con patatas. Para cenar una puré de verduras y una pechuga de pollo.
El martes para desayunar un vaso de leche con un par de galletas y un poco de queso. Para comer unas espinacas con una patata cocida y un solomillito de ternera. Para cenar un pescado a la placha con patata cocida.
El miércoles en el desayuno un yogur con una tostada con aceite y una loncha de jamón serrano. Para comer un caldo vegetal y un plato de paella y a la hora de la cena una sopa de fideos y una tortilla a la francesa.
El jueves un vaso de leche o un yogur con una tostada con mermelada a la hora del desayuno. Para comer una ensalada y un poco de ternera asada con patatas. Para cenar un pesacado hervido con un puré vegetal.
El viernes un vaso de leche o un yogur con una pieza de fruta y dos lonchas de jamón de York. Para comer un caldo vegetal y pescado a la plancha con un poco de arroz. En la cena una sopa y un sándwich mixto.
En el desayuno del sábado se puede tomar una vaso de leche con cereales, y medio plátano o manzana picada. A la hora de la comida un poco de menestra con una pechuga de pavo a la plancha. A la hora de cenar un poco de brécol salteado con jamón.
Y para finalizar el domingo un vaso de leche a la hora de desayunar con una tostada con aceite, jamón serrano y tomate. A la hora de comer un puré de verduras y un poco de pasta boloñesa y para cenar un revuelto de tortilla y una ensalada de tomate.