La Muerte Súbita es un fantasma que atemoriza a los padres durante el primer año de vida del bebé y sobre todo preocupa el hecho de no existir una explicación clara sobre este síndrome que hace que un bebé sano y sin ningún problema de pronto deja de respirar.
A pesar que existen diferentes hipótesis hasta ahora no se ha podido dar con la causa y tener así la posibilidad de poder prevenir de una forma efectiva el deceso de niños que por lo general no han llegado ni a los tres meses de edad, siendo que este síndrome solo afecta a bebés hasta el año y luego ya no corren riesgo de sufrirlo. También se han hecho varios estudios y a través de ellos pudo determinarse que es un problema que afecta más a los varones y también a aquellos bebés, de ambos sexos, que nacieron de forma prematura o bien naciendo a término presentaban un peso muy bajo. Afortunadamente, ha aparecido otra posible causa que es estudiada por científicos norteamericanos que han logrado detectar un patrón que se hace común entre los bebés que hasta ahora fallecían sin ningún motivo ni explicación lógica. La mayoría de ellos presentaba un bajo nivel de serotonina, una sustancia que en los niños sanos les permite girar la cabeza en caso de apnea sufrida durante el sueño. Se ha detectado que los bebés que han sufrido una muerte súbita tenían un nivel que era del 26% más bajo que en aquellos que no sufren problemas, agregándose a esto el hecho de presentar una carencia de una enzima llamada triptofano-hidroxilasa, responsable de generar el neurotransmisor. Esta nueva información abre un extenso camino para que los especialistas puedan encontrar una forma de detectar justo en el momento de nacer si los bebés tienen una tendencia a dejar de respirar mientras duermen que es precisamente la causa del fallecimiento en pequeños con muerte súbita. Los investigadores suponen que si se miden los niveles de serotonina esto haría posible identificar a los niños en riesgo de sufrir de muerte súbita y esto llevaría a una solución que sería protegerlos por medio de máquinas detentoras de apnea como también de respiradores. Con esto se evitaría el problema que cada año mata a miles de bebés en todo el mundo. Esta nueva línea de estudio tiene como fundamento las anteriores investigaciones ya que por ejemplo no se ha logrado hasta ahora hallar una causa genética que asegure que el hermano de un bebé que falleciera por muerte súbita tenga iguales probabilidades de sufrirla. Teniendo en cuenta además que este problema produce un paro cardiorrespiratorio y es totalmente indoloro para el niño a causa de producirse durante el sueño. Por ahora y mientras estas investigaciones siguen su curso es bueno recordar que el bebé debe siempre dormir boca arriba disminuyendo así los riesgos de asfixia. También es recomendable no abrigar demasiado al bebé ni cubrirle la cabeza siendo la temperatura ideal de la habitación unos dieciocho grados centígrados. De todas formas esta noticia da nuevas esperanzas de poder controlar este síndrome que tanto aflige a los padres durante los primeros meses de vida de sus bebé.
Foto Vía: myhealth911