Descenso de la temperatura corporal por debajo de los límites normales y adecuados, o sea menor de 35 grados es señal de una hipotermia, un tipo de enfriamiento peligroso para los niños y mucho más para los bebés. Por lo general se desencadena como consecuencia de la exposición durante un tiempo por demás prolongado a temperaturas frías, ya sea en un ambiente frío o bien en el agua.
Tanto en invierno como en verano es necesario estar atentos para que los niños no se encuentren expuestos a ambientes con temperaturas muy bajas sin el adecuado abrigo y ante la duda recurrir a tomar la temperatura con un termómetro para realizar un diagnóstico más certero y de allí en más seguir algunas sencillas pautas hasta llegar a la consulta con el pediatra.
El sistema de defensas del organismo tiene una reacción ante un estado de hipotermia como son los temblores o la liberación de hormonas que producirán calor e impedir que la pérdida de temperatura siga produciéndose. Los bebés tienen una mayor propensión a padecer hipotermia ya que la capacidad que posee su organismo para regular la temperatura no se encuentra desarrollada de forma total.
Por su parte, en el caso de niños los especialistas coinciden que en la mayor parte de los casos son los mismos padres los que les provocan este estado, ya que actuando de forma errónea cuando el niño tiene fiebre como medio de bajarle la temperatura lo exponen a situaciones de frío muy intensas como son los baños de agua fría, pudiendo provocar un sock y el consecuente cambio brusco de temperatura corporal.
La hipotermia presenta signos muy variados como temblores, respiración y pulso lento, rigidez muscular, extremidades frías y somnolencia, son solo algunos síntomas que denotan el problema.
En el caso de un bebé la piel será la que advierta del problema ya que se encontrará más fría, sumándose a eso la pérdida de apetito.
Para prevenir la hipotermia es necesario evitar que los pequeños se encuentren expuestos a ambientes demasiado fríos y si es en invierno antes de salir de la casa es indispensable abrigarlos de forma adecuada, con varias prendas pero siempre finas y no demasiado ajustadas para no impedir la circulación y sobretodo es importante cubrirles la cabeza, ya que hasta un 20% de la temperatura corporal puede perderse por allí.
Es necesario también, cerciorarse que los pequeños beben y comen de forma regular teniendo en cuenta que esta ingesta tanto de líquidos como de alimentos les proporciona energía y también los mantiene calientes.
Lo primero, antes la sospecha de estar ante una hipotermia, será necesario tomarles la temperatura con precisión y hacerlo a intervalos frecuentes.
Además, la temperatura se tomará por el recto ya que por la axila no es tan fiable, porque los grados marcados dependerán de la humedad y del tiempo de toma entre otras variables. Además, existen niños que presentan temperaturas axilares que se muestran por debajo de los 36 grados, algo llamado hipotermina fisiológica.
Asimismo, es necesario también tener en cuenta un detalle importante y es que los niños no tienen la misma temperatura durante las 24 horas del día.
De todas formas la temperatura por debajo de los 35 grados debe ser siempre valorada por el médico. De todas formas y hasta que se espera el diagnóstico médico es necesario aumentar la temperatura corporal del pequeño comenzando siempre por la parte central de su cuerpo es decir, pecho, cabeza, cuello e ingles, utilizando mantas y ropas calientes.
Si la hipotermia es producto de una inmersión en agua fría, al sacarlo de forma inmediata del agua debe envolverse al niño en toallas y luego colocarles ropas calientes y mantener la temperatura de la habitación donde se encuentra el niño a una temperatura alta.
Foto vía:Previeneelneumococo