La enfermedad celíaca también es conocida como intolerancia al gluten ya que consiste en unas lesiones que se producen en la mucosa del intestino delgado y que están provocadas por comer esta proteína localizada principalmente en la cebada, en el trigo y en el centeno.
Causas de la enfermedad celíaca
Aunque no se sabe exactamente su causa, se ha comprobado que existe una predisposición de tipo genético, ya que esta enfermedad sólo se presenta en las personas que cuentan con dos genes concretos y que aunque se encuentran en casi el 40% de la población, sólo llegan a padecerla una pequeña parte de ésta. En las personas que se encuentran afectadas por esta enfermedad, la digestión del gluten no llega a ser completa lo que produce una serie de residuos que al unirse con las moléculas originadas por estos genes dentro de la membrana de la células que se encargan de la defensa del organismo, llegan a formar unas lesiones en las vellosidades de la mucosa intestinal, dificultado la absorción de algunos alimentos.
Síntomas de esta enfermedad
Los síntomas variarán dependiendo de la longitud de la zona afectada en el intestino y de la edad en la que aparece la enfermedad. En el caso de los lactantes, suele producirse cuando empiezan a alimentarse con la harina de estos cereales presentando algunos de lo síntomas más típicos de una mala absorción como diarrea, pérdida de peso, hinchazón abdominal, retraso en el crecimiento y atrofia muscular por lo que es imprescindible que se detecte cuanto antes.
En el caso de niños más mayores tan sólo suele presentarse una diarrea crónica y digestiones pesadas con exceso de flatulencia. En los adolescentes puede observarse un retraso en la pubertad y una ausencia de la regla en las chicas. Cuando se va siendo más adulto, existen casos en los que no aparecen síntomas digestivos, tan sólo se sufre de anemia, tendencia a sangrar, osteoporosis o alteraciones de tipo neurológico causadas por un déficit de minerales y de vitaminas.
La aparición de manchas rojas acompañadas de ampollas que causan picor y que puede afectar al cuello, al tronco o al cuero cabelludo, no son demasiado frecuentes ya que tan sólo afecta a un 10% de los enfermos. Esta enfermedad se diagnostica de una manera muy sencilla con unos análisis de sangre que llegan a detectar unas sustancias defensivas extrañas pero que, en cualquier caso, debe confirmase con una biopsia en la mucosa intestinal.
Tratamiento de los celíacos
Este tipo de enfermedad tan sólo puede controlarse evitando los aditivos y los alimentos que contengan gluten y vigilando de una manera lo más estricta posible, los alimentos preparados, especialmente los que contenga colorantes tipo embutidos, los quesos, los yogures, las golosinas, refrescos, helados, frutos secos, ya sean tostados o fritos y los sucedáneos del chocolate, durante toda la vida. Si a pesar de estas precauciones, los síntomas continúan en nuestros hijos, deben realizarse pruebas que descarten la presencia de otro tipo de alteraciones del intestino o incluso para comprobar si no se está realizando correctamente la dieta aconsejada.